Si con su tercer disco Ciencia ya nos pareció que esta banda cordobesa estaba sentando las bases para el futuro de la música rock en España, con Inventarse el Mundo no han hecho otro cosa que ir más allá y ofrecernos un trabajo redondo y completo hasta la perfección, donde nada falta y nada sobra, donde la música y las palabras se vuelven poesía e infinitos matices sobrevuelan nuestros oídos, desde el más dulce de los acordes hasta la más brutal de las guitarras. Doce temas que atrapan desde el primer instante y que no hacen sino abrirse y expandirse sin horizontes a cada nueva escucha. Grabado en los estudios Mart y masterizado en Nueva York con Andy Vandette (Moby, Nirvana, Pearl Jam, U2...) Inventarse el Mundo se convierte en una verdadera experiencia sonora que conjuga a la perfección todo aquello que podemos esperar de un disco.
La música de M. Ángel Mart (voz) combina a la perfección con las exquisitas letras de Javier Estévez (batería). Un arroyador torrente de ritmos y atmósferas sustentado en una voz de infinitos timbres, una base de percusión atronadora, una guitarra y un bajo demoledores y unos teclados que se ajustan a la perfección para rematar el todo final. Desde el canto a la vida de Vértigo, que abre el disco; pasando por los balazos sonoros de Mi Revolución y Ven a Respirar (atención a las letras), Los Diez Sentimientos -con una exquisita ambientación a base de pianos y cuerdas y una letra que es un elegante puñetazo a las mentiras establecidas-, Un Esfuerzo Más -incluyendo un auténtico mensaje invertido que de satánico tiene bien poco- y Más Azul (con la fantástica colaboración de Molly de Hamlet); hasta la complejidad y elegancia de Llévame o la más dinámica y asequible América (el vídeo de la cual se incluye en una pista CD-ROM, junto a una canción extra). Nada chirría. Nada molesta.
¿Estamos ante la revelación musical del siglo XXI? ¿Son los nuevos profetas del reinado de la música que está por llegar? No lo sé. Pero si después de este disco Estirpe no son alzados a la altura de los más grandes de una vez por todas es porque de verdad nos estamos volviendo locos. Arrepentíos.