Todavía resuena el impacto que supuso aquel primer disco de Buckcherry. Tenía todos los ingredientes para triunfar: rabia, riffs para caerse de espaldas y una energía que mostraba el potencial de una banda dispuesta a comerse el mundo. No en vano se les llegó a tachar de los herederos de Guns n’ Roses, aunque como desgraciadamente suele pasar en estos casos, las mediocres ventas de su segundo álbum desencadenaron la disolución de la banda.
Atrás queda ya el trabajo en solitario de Josh Todd, que pasó con más con pena que gloria, y los rumores que le situaban al frente de Velvet Revolver.
Ahora, el dúo formado por Todd y Keith Nelson, verdadero alma de Buckcherry, vuelve con un nuevo disco y cambios en la formación, completada con el batería Xavier Muriel, Steve D. como segundo guitarra y, el bajista del gunner Izzy Stradlin’, Jimmy Ashhurt.
Hay que señalar que "15" sólo se ha editado en Japón por el momento, aunque gracias a la importación, podemos disfrutarlo todos los fans de la banda.
Lo primero que llama la atención del disco es que, desgraciadamente, sigue más la estela de su segundo trabajo “Time Bomb” que de su multimillonario debut. De hecho, podríamos achacarle los mismos defectos de los que éste adolecía, como la falta de ritmo producto del excesivo número de medios tiempos, o un sonido sobreproducido.
Aun así, nos encontramos con grandes canciones que te harán mover la cabeza, como las guitarreras “Nexto to you” o “So far”, grandes medios tiempos como “Sorry”, o probablemente el tema más macarra que la banda haya compuesto: "Broken glass".
Con "15" Buckcherry nos ofrece un retorno muy digno a la escena musical. En él aparecen todos los ingredientes que hicieron grande a la banda, mezclando la genialidad de AC/DC con la chulería de los Sex Pistols, aunque sin la frescura de antaño. Esperemos que este regreso sea continuado y podamos seguir disfrutando de una de las mejores formaciones de rock de los últimos tiempos.