Este nuevo disco incluye dos directos: uno grabado con un público formado por más de 10.000 personas y otro donde no había más de 300. ¿Qué diferencias hay entre los dos? ¿Dónde te sientes más cómodo?
Los dos forman parte de mi trayectoria. Una cosa es el repertorio de rock stadium, donde necesitas un espacio grande, y otra el repertorio más comprometido que necesita un escenario distinto. Yo me muevo en los dos escenarios y lo que he hecho ha sido grabar una parte del repertorio con un gran montaje, con la sponsorización del periódico Deia y del Gobierno de Aragón, y el otro en un club pequeño de Barcelona donde además he rodado una película en blanco y negro con el director Víctor Carrey y que también forma parte del pack. Por tanto, son dos partes que conforman todo lo que es mi música.
¿Cómo surgió la posibilidad de colaborar con Fito Cabrales y, sobre todo, recuperar a Sabino Méndez?
En primer lugar, me gustaría decir que la banda está formada por Simón Ramírez, Jaime Stinus, Edu Martín, Igor Pascual y Cute al piano. Los invitados que hubo en los dos conciertos fueron Gabriel Sopeña en Barcelona, como compositor de la banda, y Sabino Méndez en Barakaldo, también como compositor de una parte del repertorio de la banda. Por otra lado, el invitado real fue Fito Cabrales. Como estábamos en su casa teníamos que ser educados.
En pocos meses hemos visto la reedición del mítico “A por ellos... que son pocos y cobardes” y ahora la publicación de “Hermanos de sangre”. ¿Es una casualidad, una forma de demostrar la importancia del directo o una maniobra de la discográfica?
Particularmente, yo creo que se remasterice y se reedite el “A por ellos” y se haga una edición con DVD es algo que los fans esperaban desde hace mucho tiempo. Hay que tener en cuenta que cuando salió a la venta el vídeo, en España no existía un mercado para este tipo de productos. Por otro lado, “Hermanos de sangre” es un disco que está programado desde hace ya tiempo. “A por ellos” recoge el trabajo que hicimos en la década de los 80, mientras que este último disco las canciones que publicamos a partir de los 90. Son dos discos totalmente distintos que recogen etapas totalmente diferentes. También hay que considerar que hacía diecisiete años de la edición del primer disco de la banda en directo y la mayoría de artistas españoles cada tres años están editando uno. Yo he tardado diecisiete años en sacarlo.
¿Continua siendo necesario tener los ojos vendados hacia ciertas cuestiones para que tu música se pueda escuchar en los medios de comunicación masiva?
Yo jamás pienso en los resultados. Yo siempre hago las canciones por mí y para mí. Después las comparto, pero jamás pienso en las canciones en función de lo que pueda ocurrir. Yo escribo sobre lo que veo, sobre lo que me pasa y sobre lo que tengo más cercano. No me dejo llevar en ningún momento por lo que pueda ocurrir. De hecho, cuando hemos tenido algún problema hemos encajado el golpe con la ventaja de que somos buenos fajadores y siempre podemos salir de estas situaciones. Insisto en que, para mí, el arte siempre es compromiso y quien no lo entienda así, supongo que lo concebirá como un negocio, que también es muy respetable. Pero Loquillo y Trogloditas siempre ha manifestado su actitud de defensa de la libertad individual, de la libertad de expresión y de la libertad de prensa, que son los tres pilares de una democracia seria. Aún así, vivimos en una situación en que hay que dejar que los perros ladren y las personas que nos dedicamos al arte tenemos que transmitir sentido común, tranquilidad y no podemos dejarnos llevar por un fuego cruzado como el que se da en estos momentos.