Boston T. Party, es una grabación que nos devuelve a la época dorada del jazz-fusion o jazz-rock, la década de los 70, con la participación de cuatro auténticos monstruos del virtuosismo instrumental.
Este proyecto incluye, al batería Dennis Chambers, reconocido por haber tocado junto a Santana, Steely Dan, P-Funk y más recientemente parte importante de Niacin, además de numerosas colaboraciones con diversos artistas del estilo; al bajista Jeff Berlin, con intervenciones junto a Bill Bruford, Al Dimeola, Allan Holdsworth, John McLaughlin y Billy Cobham; al guitarrista Dave Fiuczynski, precursor dentro de la escena jazz-fusion, con una técnica comparada con otros innovadores de la talla de Jeff Beck, Frank Zappa y Steve Vai, además de participar en el proyecto Screaming Headless Torsos; y al teclista T Lavitz cuyo background incluye experiencias con Dixie Dregs, jazz Is Dead y Widespread Panic.
Veteranía y experiencia al servicio de un estilo cuya pauta marcaron décadas atrás profesionales de alto calibre como, el bajista Stanley Clarke, los teclistas George Duke y Herbie Hanckok, o grupos como Wheather Report o Return To Forever, además de los mencionados anteriormente.
Con la calidad que atesoran, Chambers, Berlin, Fiuczynski y Lavitz, lo que nos encontramos en Boston T. Party es, música de autor interpretada a un nivel técnico difícil de superar; de ritmos imposibles y giros surrealistas. Con parcelas definidas para cada protagonista pero que en su conjunto se acoplan con disciplina y versatilidad.
Cierto es que se incluyen partes que pueden resultar excesivamente intimistas pero, en contraposición, nos muestran amplios desarrollos dinámicos y vitalistas, con un sentido pletórico de la extravagancia rítmica; de guitarras que parecen querer hablar y teclados que casi expresan sentimientos, la presencia de un bajo libre de cualquier atadura y una batería de recursos infinitos.
En definitiva, un proyecto que rescata un tipo de música totalmente alejada de la comercialidad y que en otros tiempos tenía mayor apoyo del público. La insistencia y tenacidad de estos músicos para revitalizarla y hacer que siga funcionando siempre es digno de elogio.