El grupo canadiense Voivod edita su álbum número 14 bajo el estigma de la triste desaparición de su guitarrista y miembro fundador, Denis D’Amour, conocido como Piggy, fallecido debido a un cáncer, después de una larga lucha contra el destino.
Piggy, antes de traspasar las fronteras del más allá, dejó el suficiente material como para que el resto de sus compañeros pudieran confeccionar con garantías de éxito un nuevo álbum.
El resultado es Katorz, un trabajo en el que vuelven a demostrar la originalidad de su propuesta, su compromiso con el riesgo y la aventura de adentrarse en terrenos poco explorados.
Nunca ha sido un grupo rompedor a nivel mundial, pero su trayectoria ha quedado plasmada como una de las más ingeniosas dentro del rock. Albumes como Killing Technology o Nothingface, marcaron un estilo de fronteras indefinidas que se han mantenido hasta la actualidad.
Katorz, se nutre de ese particular núcleo de sonidos abstrusos e intrincados, aunque sin olvidar la habilidad para componer riffs atractivos y acordes que penetran en el cerebro con suma facilidad. En ese aspecto, The X-Stream, surge como de lo más vitalista y rompedor del álbum con un trabajo vocal brillante a cargo de Denis Belanger (Snake) y un ritmo veloz y contagioso adornado por un riff cuya escucha provoca escalofríos a través de la columna vertebral.
Como ha sido habitual en sus entregas, lo que contiene no es ni thrash, ni death, ni industrial, no hardcore, es metal al estilo Voivod, completamente personal, en el que se incluyen todos los estilos mencionados para, cual alquimistas del sonido, transformarlos y adecuarlos a su particular propuesta.
Dentro de un entorno totalmente corrosivo, escuchar una tras otra las composiciones es sumergirse en la diversidad y el eclecticismo de raíces metálicas. Con una firme base de sonidos grooves, del mismo modo que The Getaway une metal y punk, o Red My Mind, contiene ciertas reminiscencias postgrunge, dominan la grabación los temas que destilan hirientes y mordaces recortes de guitarra, crudos golpes de batería a cargo de Michel Langevin (Away) y pulsos de bajo penetrantes y absorbentes de un Jason Newsted (ex Metallica), que parece encontrarse en su habitat natural, donde los recursos que puede aportar son ilimitados.
Sin duda el resto de la actual formación de Voivod ha sabido aprovechar el legado póstumo de Piggy para entregar un álbum compacto que pasará a formar parte de lo mejor de su discogarfía. Katorz, es, desde este momento, imprescindible.