Más de nueve meses en la carretera. Esa es la carga que llevan sobre sus espaldas Dave Gahan, Martin L. Gore y Andrew Fletcher tras la publicación de su último trabajo discográfico. Después de visitar más de veinte países, la presentación en directo de “Playing The Angel”, el disco que tanto la crítica como el público han considerado como el regreso de los mejores Depeche Mode, volvía a España.
Fue en febrero cuando Madrid y Barcelona acogieron, por partida doble gracias a la demanda popular, las primeras actuaciones del grupo en la Península. Cinco meses después, en las semanas más crudas del verano, localidades como San Sebastián, Benicàssim, Torrevieja y Granada fueron escenario de cuatro nuevas citas del bautizado como “Touring The Angel”, ahora al aire libre.
La ciudad alicantina de la Costa Blanca recibió a los británicos de forma entusiasta, pero sin agotar todo el papel disponible en las taquillas. Aún así, más de 25.000 personas disfrutaron de un concierto sólido, con un sonido impecable y una puesta en escena impactante gracias a las proyecciones ideadas por Anton Corbijn.
La punzante “A Pain That I’m Used To” puso en marcha el espectáculo, con cierto regusto espacial gracias a las plataformas donde se instalaron los teclados y cajas de ritmos, así como por el uso de una bola gigante que no cesó de lanzar mensajes al respetable. Tras saludar al personal con rabia, el grupo desplegó una primera parte de ritmo pausado, con composiciones como “A Question Of Time”, “Suffer Well” y “Precious”.
Los descansos de Dave Gahan, de voz penetrante pero quizás con demasiado recorrido, hicieron que Martin L. Gore se convirtiera en el principal foco de atención hasta en tres ocasiones. Sin embargo, los momentos más vibrantes se vivieron con todo el grupo sobre el escenario, con composiciones que animaron al baile como “John The Revelator” y “I Feel You”, sobre todo gracias a un sonido de guitarra mucho más contundente.
Poco después llegaba el momento de encarar la recta final y, por tanto, de provocar el delirio entre el público. La banda enlazó con soltura temas como “Behind The Wheel”, “Personal Jesus” y “Enjoy The Silence”, con un Gahan casi callado por el empuje de la audiencia. “Photographic”, con una puesta en escena que imitaba las pantallas de las cámaras digitales, y “Never Let Me Down Again” pusieron el punto y final.
Al terminar, y como es habitual, algunos lamentaban no haber oído determinadas canciones. Fue el caso, por ejemplo, de “Just Can’t Get Enough”. Sin embargo, tras 105 minutos de concierto, los miembros de Depeche Mode sí tenían suficiente.