¿Cómo ha llegado hasta aquí El lagarto amarillo y sus componentes?
El grupo está formado por mis hermanos, un amigo y yo mismo. Por tanto, podríamos decir que es un grupo-familia. Llevamos tocando casi cuatro años y estamos a punto de editar nuestro segundo disco, “Distinto”. Nuestro primer álbum, “Que la suerte te acompañe”, fue publicado por Universal, pero después de algunos problemas hemos decidido tomar el camino de la autogestión. Así que ahora nos hacemos nosotros mismos las cosas, con nuestra propia compañía, y nos ocupamos de todos los detalles.
¿Cuáles son las principales ventajas y desventajas de la autogestión?
La verdad es que es un trabajo muy complicado. Uno se da cuenta de que hay que hacer un montón de cosas para que salga un disco. Mejor o peor, lo que sabemos hacer los músicos es grabar música y, por tanto, ocuparse del resto de tareas que acompañan la publicación del álbum son palabras mayores. Se complica todo bastante, pero, en contrapartida, tienes el control total sobre tu obra, desde el nacimiento hasta que el disco está ya en la calle. Por otra parte, hemos grabado el disco como hemos querido. Estuvimos en cuatro estudios diferentes, nos tomamos tres o cuatro meses para las sesiones de grabación, tuvimos una temporada de descanso antes de hacer la masterización…
Y ahora os toca dar a conocer vuestro trabajo…
Realmente, lo que hemos hecho ha sido crear la compañía y, después, escoger al equipo de gente que nos ha parecido más adecuado para promocionar el álbum. Esto nos da la posibilidad de que las personas que trabajan en y para el disco estén realmente implicadas en el proyecto. Cuando estás hablando con alguien sobre la posibilidad de incorporarse al grupo, tú ya le ves en los ojos si está como loco con el disco o si simplemente lo ve como un trabajo más. Por tanto, eso hace que seamos un equipo mucho más ágil que el que puedes encontrar en cualquier multinacional. Podríamos decir que formamos una especie de grupo de asalto muy bien coordinado. De todas formas, no tengo nada contra las multinacionales. Son empresas que tienen algunos problemas, pero también tienen una gran cantidad de ventajas: llegan a más sitios, tiene una serie de canales ya creados, etc. Nuestra experiencia no fue del todo satisfactoria porque nos afectó de pleno un período de crisis en la industria, pero no puedo decir ni una mala palabra de las personas con las que trabajamos en nuestro primer disco.
¿Qué les decíais a esas personas para convencerles de que se incorporaran a vuestro proyecto?
En esos casos, y para convencer a las personas adecuadas, hemos utilizado a una fan… Pero, sí puedo decir que El lagarto amarillo es un grupo distinto… como el título del disco. Creo que es bueno ver las diferencias. Nosotros hemos optado por hacer letras diferentes, con mucha más profundidad en el texto y también en el aspecto musical. Pensamos que “Distinto” no es un disco del que te aburras a los dos días, sino que puedes escucharlo y darle muchas vueltas a las letras durante una buena temporada.
¿Os gusta utilizar la música como un vehículo de protesta o denuncia social?
El álbum tiene algunos temas más reivindicativos, otras canciones son de amor encubierto, pero lo más importante es que al final todas acaban bien. Aunque empiece de una determinada manera, ninguna de las canciones te deja un mal sabor de boca o te hace sentir triste.