Outlandish es una formación creada en los suburbios de Copenhague, Dinamarca. Dos de sus miembros, Isam Bachiri y Waqas Ali Qadri, nacieron en este país europeo, aunque tienen sus raíces culturales en Marruecos y Pakistán, respectivamente. Es el hondureño Lenny Martínez quien completa el trío, quien también bebe de sus orígenes cubanos. En tiempos de inmigración, quizá este árbol genealógico no sorprenda, pero proporciona pistas muy fiables acerca del sonido característico de Outlandish.
Tras editar dos discos, “Outland’s Official” y “Bread & Barrels of Water”, el grupo ha afrontado el reto de publicar el temido tercer álbum. Fueron los daneses los primeros que pudieron escuchar “Closer Than Veins”, hace ya unos meses. Ahora ve la luz la edición internacional del disco, con quince composiciones que circulan entre el hip hop, el rhythm & blues de última generación y los elementos étnicos.
Desde el primer momento destaca la capacidad para combinar las tonalidades diferentes de los tres cantantes. Las voces fluyen con naturalidad, con las dosis necesarias de agresividad (la introductoria “Introspective” o “Kom Igen”) o con unas líneas más melódicas cuando la canción lo requiere (“Any Given Time” o “Look Into My Eyes”, ambas construidas sobre las notas de una guitarra acústica).
Entre las bases rítmicas de los temas destacan, por su originalidad, los sonidos balcánicos de “Beyond Words”, escrita sobre la estructura de “Ederlezi”, composición popularizada por Goran Bregovic, y el sabor árabe de “Reggada”, en la cual se describe el ambiente que rodea una boda en determinadas culturas.
La música de Outlandish será del gusto de cualquier oído acostumbrado a los llamados sonidos negros. Sin embargo, las letras podrían provocar urticaria a más de uno. Los textos se nutren de referencias constantes a la religión (islámica), exámenes de conciencia y exhortaciones al Señor, Dios o Allah. También ponen de manifiesto su visión acerca de los problemas del mundo: denuncian la ocupación de Palestina, critican la criminalización del inmigrante y el uso de la guerra que hacen los Gobiernos. Por tanto, nadie si equivocará si afirma que sus canciones no sonarán en el iPod de Bush... ni en el de Aznar!