Entrada triunfal, cargada de fuerza. Con rabia prácticamente desconocida. Superando al single, llevándonos a él, haciendonos partícipe de un regreso añorado. De esa época de rock sentido y con mensaje.
Tras esperanzas de superación del Keep The Faith, el disco de su época madura más compensado en la faceta enérgica, demasiado pronto nos descubre una caída al remanso de paz de los medios tiempos. ¿Dónde está el resto? ¿qué ha sido de esas promesas parcialmente cumplidas? ¿de todo lo que un grupo capaz de ese inicio es capaz de ofrecer? Siguen apareciendo poco a poco, como un ejemplificador corte que sirve el nombre al disco y que lo tiene todo para pasar junto a dos o tres más a la vitrina de canciones para la eterna gloria. Pero esa necesidad insoslayable de vender un producto equilibrado, comedido, demasiado matemático, puede haber impedido una de las más rotundas muestras de los valores que Bon Jovi siempre debió inspirar, y que algunos confundieron con críticas improcedentes a aspectos que acompañan al éxito y a la comercialidad.
Querer mezclar baladas para un fácil sector del público, para compensar la dura carga energética de otra parte del disco, es una combinación que aquí menoscaba excesivamente. Más cuando la canción de amor parece perdida, se debilitó con Crush, ese disco divertido con aires poperos, gran producción pero falto de fuerza en su gran mayoría, y ahora ni se intuye. No se comprende que ahora que la tienen por motivos tristemente actuales, la dejen descansar por un remanso de paz melódico sólo para dar un medido equilibrio. Y ni una balada a la altura de las clásicas. Hasta algún trocito emulando a Elton John, parecidos con Soul Asylum que contrastan con aires Metallica.
Aún así, no se engañen. No voy a quitarles ni una sola estrella. Las merece el disco, las merecen todas, aún con la dolorosa certeza de que más material guerrero yace oculto entre material no producido.
Pero esta vez podemos estar tranquilos y atajar la indignación. En este su veinte aniversario, hay promesa de ver todo aquello que nunca debieron ocultarnos. Al fin.