Inmersos todavía en la gira de su aclamado disco Inventarse el Mundo, los cordobeses Estirpe nos sorprenden con el inesperado lanzamiento de El Sentido de la Calma, un disco grabado en su totalidad en formato acústico. ¿Canciones nuevas? Sólo una, Víctimas del Mismo Sol; y, más que nueva, deberíamos decir inédita, ya que fue una de las canciones descartadas cuando editaron el disco del mismo nombre. El resto una selección de temas de sus anteriores trabajos conducidos al minimalismo del universo acústico. “Todo surgió a raíz de un concierto acústico que hicimos. A la discográfica le gustó y nos animó a publicar un maxi en formato acústico, que al final ha sido algo más que eso. Lo hemos hecho en mitad de la gira de Inventarse el Mundo porque si llegamos a esperarnos un poco más nos habríamos metido de lleno en la grabación de nuestro próximo disco y todo esto se habría olvidado”. No van a haber actuaciones en acústico, a excepción de la presentación del álbum en Córdoba el 9 de diciembre, donde estarán acompañados por el violinista Rubén Gallardo, el mismo que ha estado al cargo de todos los arreglos de violín presentes en el disco. De todas maneras, el repertorio de canciones en directo de su actual gira ya se ha visto afectado en cuanto a selección se refiere, y a partir de ahora los fans de Estirpe podrán disfrutar de auténticos clásicos que parecían olvidados en sus conciertos, al completo o en forma de medleys.
La selección en acústico ya recoge algunas de estas joyas. Por supuesto la mayoría de canciones pertenecen a su último disco, como Llévame, Vértigo, Llámalo Perdón y América. Del Ciencia nos encontramos con La Magia del Saber, Mar de Inspiración y la emotiva Volverás. Y de sus dos primeros discos se quedan con Vida, de Víctimas de un Mismo Sol, y Noches de Duelo (Mañana de Velos) de su debut Ídolos de Papel.
El sonido del disco es bastante uniforme del primer al último corte. El piano y el violín toman la delantera para crear esa atmósfera íntima que recorre todos los temas y convertirse en los verdaderos protagonistas del álbum. Las guitarras acústicas sirven de perfecto acompañamiento (sólo hay una guitarra eléctrica , y es en el solo de la inédita Víctimas del mismo Sol), manteniéndose en casi todo momento en segundo plano (el solo acústico de Vida es una grata excepción), al igual que la sección de batería.
El ritmo de las canciones se ralentiza en general para adaptarse al nuevo formato, aunque canciones como Vértigo y América conservan esa dinámica original integrando sin problemas el nuevo sonido. El piano se vuelve más clásico en ocasiones, como en la intro de Llámalo Perdón y en Vértigo, e incluso más arriesgado, como en el interludio de Víctimas del Mismo Sol. Todo ello contribuye a darle un nuevo giro a todos los temas. La voz gana un protagonismo mayor, y la escucha se hace por obligación más relajada.
Un disco en general para escuchar en la intimidad, para rumiarlo tranquilamente en compañía de uno mismo. Como dicen ellos mismos “hemos querido ofrecer a la gente a la que le gusta Estirpe un nuevo punto de vista para disfrutar del grupo. Y para los que no nos conocen, seguramente sirva de puente para introducirlos a nuestra música”.