Falconer empezó a funcionar en 1999 como proyecto en solitario de Stefan Weinerhall, encargado de la guitarra y los teclados, quien encontró en el vocalista Mathias Blad y en el batería Karsten Larson los complementos ideales para grabar una primera demo. Poco a poco tomó forma de grupo a tiempo completo, con la incorporación de Anders y Peder Johansson, a la segunda guitarra y bajo respectivamente.
Posteriormente, Mathias dejó la banda debido a otros compromisos y fue sustituido por Kristoffer Göbel. La deserción de Anders y Peder, propició la renovación de los puestos de guitarra y bajo, ahora en poder de Jimmy Hedlund y Magnus Lindhart.
Con la edición de Northwind, se ha producido el regreso de Blad, en busca de un acercamiento a sus orígenes vocales.
Falconer suscita opiniones encontradas. Su anterior trabajo, Grime Vs. Grandeur, ha acaparado tanto elogios como críticas negativas. En mi caso, paro de cero, al no haber escuchado absolutamente nada de sus anteriores grabaciones.
A primera vista, Northwind, es un álbum donde las vigencia de las armonías a doble guitarra alcanza una dimensión extraordinaria, acompañadas de ritmos speedicos, con una batería hiperveloz, de las de piñón fijo.
En cuanto a la voz, es una cuestión de gustos. Para Stefan, Mathias es la persona ideal para las composiciones de este álbum. Lo cierto es que el registro del vocalista contiene unos tonos bastante melódicos, rayando en lo convencional. Sobrio y dando la justa réplica a las auténticas cabalgadas guitarreras que se suceden, encaja a la perfección, aunque sin variaciones de alto riesgo, limitándose a cumplir con el rol asignado. Posiblemente, en Himmel Sa Trind, muestre cierta variedad, debido, sin duda, al carácter folclórico del tema.
Y es que, siendo una banda de heavy metal con algún perfil épico, también incursionan en los sonidos de enfoque medieval (la primera edición del CD incluye cuatro canciones tradicionales suecas).
Pero si hay alguna identidad en su sonido, es el trasfondo de música clásica que se esconde tras el torrente rítmico que expulsan sus guitarras. Se notan las influencias que Weinerhall acumula de algunos grandes compositores clásicos. Y ese es el ingrediente que otorga a la música de Falconer sus mejores momentos. De entre unos cortes de perfil bastante igualitario, Delusión destaca como uno de sus núcleos más inspirados.
Heavy metal de imponentes guitarras neoclásicas, impregnado de cierto enfoque de carácter medieval.