Si alguien pensaba que el trono de reina del soul llevaba mucho tiempo vacante, dejará de buscar en cuanto escuche una sola vez este disco. Alicia Keys reclama la corona desde estas quince canciones absolutamente redondas que conforman un lp digno de las mejores divas de años pretéritos.
No quiero ser ( dios o quién sea me libre) defensor de la listita hit parade de la MTV, pero cuando alguien tiene razón no cabe más que dársela. Los señores de la cadena de televisión, que fueron quienes, en definitiva, apostaron por convertir a esta chica en una estrella, no se equivocaron. Alicia Keys (además de ser una cara bonita) tiene talento a raudales. Tanto que casi no cabe en su primer disco.
Después de ganar grammys (o cómo demonios se escriba) y acumular menciones uno empieza a sospechar, pero en cuanto se escuchan las canciones que contiene songs in A minor, las sospechas salen por la ventana. Desde el primer single del disco, Fallin´, pasando por los dos siguientes ( A Woman´s Worth y Girlfriend) Alicia Keys demuestra que sabe hacer música como los ángeles, lo cual, en estos tiempos que corren, ya es decir.
Influenciada por los sonidos clásicos de la música negra y, en cierta medida, por las bases del r´n´b y el hip hop, el disco va más allá de contener tres o cuatro singles destacables. Es un disco redondo en el que no sobra ningún corte, un disco coherente y brillante por eso mismo, lleno de calidez, sensualidad y una voz que roza la perfección. No es un trabajo demasiado imaginativo, eso sí, ni rompedor, ni vanguardista. Pero a quién puede importarle todo eso si lo que tienen son buenas canciones.
Para abreviar la cosa, decir que es un disco altamente recomendable para aquellos que echen de menos que la música comercial tenga calidad, criterio y salga del talento de alguien que la sabe componer e interpreta.
Larga vida a la nueva reina.