Si con Trouble o Yellow de su álbum debut Parachutes nos quedamos sorprendidos ante la deliciosa voz de este abstemio reconocido y la intensa carga emocional de la intimidad de su música y letras (“...a spider web, and it's me in the middle...”), con este su segundo disco, A Rush of Blood to the Head, no vamos a hablar tan sólo de dos, tres o cuatro canciones. Esta segunda entrega nos ofrece más y mejor; el grupo ha realizado una clara evolución dentro de la personalidad de su sonido -nos encontramos con unos ritmos mucho más marcados y presentes-, y así podremos deleitarnos con maravillosas obras de arte como Daylight -atención a esos coros angelicales-, God Put a Smile Upon Your Face, The Scientist (con
reminiscencias de U2), la fuerza de Politik y A Whisper, Clocks con ese omnipresente piano que es el alma de muchos de sus temas, A Rush of Blood to the Head con su sonido más británico... Esperábamos mucho, el listón estaba alto, y esto es con lo que nos hemos encontrado... “a rush of blood to the head”, directa al cerebro, para que despertemos a este magnífico regalo que es un soplo de aire limpio en el panorama musical del momento.