Hablar de Deluxe es hablar de Xoel López. Cantante, multinstrumentista, compositor... Su cuarto disco, Fin de Un Viaje Infinito, nos llega con un cierto sabor a meta conseguida; a, como su propio nombre indica, final de una etapa y comienzo de una nueva. Y eso es lo que parece que ha querido demostrar Xoel en este inclasificable álbum donde da cabida a todo su imaginario interno de estilos e influencias. Atrás queda el idioma inglés y la subyacente megalomanía musical de sus discos anteriores. En este trabajo, producido por el gallego Juande Dios Martín y por él mismo, y que sale al mercado a través de Virgin Music, nos topamos con un Deluxe más abierto a la vida, más esperanzado. Letras que han aumentado significativamente su nivel de introspección sin abandonar una deliciosa sencillez y dulzura (aportada en gran parte por la magnífica voz de Xoel López en cada una de las canciones). Hay cierta crudeza en el sonido general del disco, aunque la mejor palabra para describirlo sería realismo. Los instrumentos suenan cercanos, sin artificios que los enmascaren en una maraña indistinguible. Tenemos guitarras eléctricas en Ver la Oscuridad, tras las tendencias sonoras del brit-pop; en Réquiem (No Fui Yo), traslándonos directamente a los ochenta de la mano de un excelente piano; y en Gigante, esta vez de la mano también del piano y de un transfondo rítmico más bailable y próximo también a las tendencias de hace dos décadas. La parte más acústica del disco la encabezan No Es Mi Primera Vez, una animada mirada a los Smiths y uno de los mejores temas del disco junto a El Amor Valiente y Rostro de Actriz, donde la deliciosa voz de Xoel nos acompaña a través de paisajes tejidos con la guitarra acústica y el piano hasta llegar a un clímax donde las cuerdas y los metales se entrelazan en perfecta armonía. Punto a destacar en este disco es la arriesgada decisión de emplear arreglos de metal en muchos temas, como en Tendremos que Esperar, a la manera de Flaca de Andrés Calamaro, ofreciéndoles una presencia bastante importante (también los tenemos en Simone, más a lo Beatle, y menos en Colillas en el Suelo, su primer single) que acaba por funcionar perfectamente a través de todo el disco. Mención aparte requiere la canción De Tanto Callar, una fantástica balada donde la voz de Xoel es acompañada por la guitarra eléctrica y la acústica, y donde los diferentes instrumentos van incorporándose poco a poco hasta desembocar en un crudo solo de guitarra que da paso al hammond y al desenlace final.
Un disco para disfrutar de la buena música, olvidarnos de todo lo que habíamos escuchado hasta ahora sobre Deluxe y empezar a verlo con otros ojos.