Después de su criticado disco Host, vuelven con más fuerza que nunca los emperadores de la escena gótica. Si bien en su anterior disco rebajaron el nivel de dureza sonora en sus canciones -no con ello su calidad ni mucho menos intensidad letrística- acercándose bastante a la oscuridad electrónica de los 80 -a la Darkwave, por que no-, en este su ultimo trabajo, Believe in Nothing, realizan una tarea de integración musical a lo largo de toda su carrera y, para alivio y placer de todos sus seguidores, salen bastante victoriosos.
Las guitarras están ahí, no hay duda. Si acaso intentaron desaparecer ahora retornan magníficas y duras, con riffs potentes dignos de su primera época en canciones como Sell It to the World (extraña batería para los Paradise Lost) o Mouth, entre otras. También tenemos ecos de su Draconian Times en el sonido que nos ofrecen sus guitarras en algunas canciones, recordándonos a I See Your Face o Jaded, pero ahora su música nos viene arropada por una producción repleta de electrónica y teclados heredada de su Host, llenando huecos hasta conseguir una riqueza sonora increíble en cada canción. El productor ha sido John Fryers (que ha producido entre otros a Him, Nine Inch Nails y Cradle of Filth) y el resultado salta al oido. El single Fader es tal vez la mejor canción de todo el disco -atención a esos dulces coros femeninos al principio-, y la primera pista I Am Nothing una de las mejores candidatas para ser su próximo single, después de Mouth.
Letristicamente no hay cambios. La línea oscura intensificada en su anterior Host se mantiene al mismo nivel de desengaño frente a la realidad y melancolía sin salida. Sus fans más depresivos no se verán defraudados.
Tan solo apuntar que en los dos singles que han editado hasta el momento, Fader y Mouth, podemos encontrarnos con canciones inéditas no pertenecientes al disco, y llenas de sorpresas (Sway, Gone, Leave this Alone…). Sólo hace falta acordarnos de las magníficas caras B que nos ofrecieron con su Say Just Words del One Second, donde se atrevieron a versionar -y con gran éxito- a los mismísimos The Smiths con How Soon is Now?