Damos la bienvenida a este último trabajo de Eddie Veder y los suyos con una sonrisa de complacencia en los labios.
¿Quién dijo que habían perdido el norte? ¿Quién que no se le podía pedir madurez a los Pearl Jam? Difícil ha sido la trayectoria de estos ahora más que nunca hijos adoptivos de Neil Young. Vitalogy asustó a muchos. No Code fue bautizado como el peor disco de su carrera. Yield no levantó comentario alguno a su favor aunque se olieran ya los vientos de la renovación que continuarían más tarde con Binaural.
Los cambios son lentos, difíciles se se ha llegado al éxito con álbumes como Ten y se desea algo diferente. Y eso no siempre puede llegar a percibirse en un álbum, dos; tal vez incluso más.
Pero ese momento ha llegado para los Pearl Jam. Sin duda nos encontramos ante el mejor álbum de toda su carrera. Riot Act refleja la madurez adquirida y asentada. Conmueve de principio a fin (su primer single I Am Mine es escalofriante, Arc desprende una espiritualidad jamás antes reflejada, Love Boat Captain nos revela a cada uno de ellos en un tiempo medio que atrapa nuestras sensaciones, Bushleaguer nos recuerda a lo mejor de Soundgarden...) sin escapar a la dureza de anteriores sonidos. Es un equilibrio sobrio. Una banda que ha crecido y cuyos componentes han perdido ya la mirada de unos chiquillos. Sólo hace falta ponerte a escuchar el disco y no intentar reprimirte si las lágrimas empiezan a aflorar.