Amy Winehouse, la nueva enfant terrible de la música británica, está pasando por malos momentos. Separada de su pareja sentimental, Blake Fielder-Civil –encarcelado por agresión y obstrucción a la justicia–, la multipremiada cantante se vio obligada hace unas semanas a suspender, por prescripción médica, todos los conciertos que tenía programados para los últimos meses de 2007. Ahora es la madre de la artista quien intenta salvarla.
En una carta publicada el pasado domingo en el periódico británico News of the World, Janis Winehouse pidió a su hija que se pusiera en contacto con la familia. “Queremos ayudarte, pero sabemos que, si tú no quieres que se te ayude y no vuelves a nosotros, todo lo que intentemos será en vano”. “Nos horrorizó ver esta semana esas fotos tuyas (publicadas en la prensa) vagando por las heladas calles de Londres al amanecer en ropa interior. Lo único que quería era correr hacia esas fotos y arroparte en una manta grande y cálida”, añadió.
Según esta misiva, “la fama prematura te ha abrumado, te está mareando y está sumiendo tu mente en la confusión. Por un momento, olvida que eres una superestrella. Eres joven y vulnerable, no más fuerte que ninguno de nosotros”.
Recientemente, Amy Winehouse fue nominada para seis premios Grammy. Su segundo disco, Back to Black, competirá en las categorías de álbum del año y mejor álbum vocal pop. Por otra parte, el tema “Rehab” ha sido elegido en los apartados de grabación del año, canción del año y mejor interpretación femenina pop. Además, Winehouse podría convertirse en la mejor nueva artista del 2007.