El año 1994 era muy diferente para el mundo de la música. El grunge que lideraba un Kurt Cobain que pondría fin a su propia vida ese mismo año seguía siendo un fenómeno con trayectoria, Guns N'Roses terminaba de sacar un disco realizado con desidia y desunión pero que aún permitía alargar su ya de por sí alargada sombra, y a su alrededor todavía pervivían algunos de los grandes nombres de finales de los 80.
La canción del verano por aquel entonces no había extendido su poder al resto de estaciones, la mediocridad no se había lanzado a conquistar completamente las ondas para ser reemplazada por operados de triunfo mucho tiempo después, haciendo de la música algo sin valor para ser pirateado masivamente en mp3 por las nuevas generaciones.
En ese escenario Bon Jovi, que había entrado en la década con fuerza volviendo a aplacar a sus detractores con Keep The Faith, publicaba su primer recopilatorio. Crossroad se iniciaba con Livin'on a prayer, recuperaba Wanted y su hermana gemela Blaze Of Glory (que había sido tomada como un símbolo del final del grupo y que al mismo tiempo terminó con esa especulación al ser interpretada por toda la banda en la ceremonia de los Oscar), mostraba el inicio de toda aquella gran historia de rock con Runaway y se despedía con una única Never Say Goodbye, inspirada por la versión que Southside Johnny había hecho de un tema de Bruce Springsteen y que era a su vez la mejor forma de acabar con intimidad sus multitudinarios conciertos.
Pero además venía con dos cortes extra: Someday I'll Be Saturday Night y Always. Esta última pasó de ser un tema descartado (inicialmente compuesto para una banda sonora de una película tan mediocre que les llevó a retirarla de la misma) a su single más vendido. Y los millones de discos que se agotaban en las tiendas con tan acertada reunión de clásicos volvieron a sucederse para un grupo acostumbrado a domar una industria caótica.
El caso es que 14 años después las cosas son muy diferentes... aunque algunas cosas no cambian: Bon Jovi sigue siendo número uno con cada uno de sus discos y sigue llenando conciertos con cifras sobrecogedoras (precisamente el 1 de junio en nuestro país, aunque aquí sí han cambiado las cosas y su poder de venta ha menguado considerablemente: cosas de haber dividido a la escena musical entre indies modern-power, Bisbal/música Karaoke y U2 y Bruce como únicas fuentes de la verdad).
Y en ese entorno a Bon Jovi le llega la hora de volver a recopilar, justo tras el inesperado éxito (inesperado por las cifras de venta incluso más elevadas de lo habitual) de Lost Highway, que vendría a demostrar a Jon Bon Jovi que cuando hace un trabajo con personalidad y ambiciones de autoría también puede arrasar.
Ha sido Richie Sambora precisamente, quien con su presencia mediática muy reforzada en los últimos meses (por todo lo que le ha tocado vivir a nivel personal) puede haber contribuido a dar un empujón a las ventas, el que ha confirmado que el segundo recopilatorio oficial está a punto de ver la luz. El guitarrista, que sigue componiendo lentamente las canciones de un nuevo álbum en solitario que aparcerá cuando la situación del grupo lo aconseje (tras Stranger in This Town en 1990, y Undiscovered Soul en 1997), confirma así el sucesor oficial de Crossroad si bien en 2003 habían publicado This Left Feels Right como un intento de eludir el frío recopilatorio reintepretando de una forma muy original sus hits más reconocidos, y un año después 100.000 fans can't be wrong como recopilatorio de caras b e inéditos.
A la luz de la prolífica creatividad del grupo es previsible que esta nueva antología fijada inicialmente para principios del próximo año venga con nuevos cortes extra para que su principal público, su amplia legión de fans, tenga un incentivo para su adquisición. Una nueva Always es algo difícil, más atendiendo a que últimamente se dedican poco a las baladas y que aun así ya han tenido su nuevo símbolo con Make a memory. Pero nunca se sabe... y en todo caso It's my life volverá a sonar en breve.