“A mi lo que me gustaría es llegar a ser presidente, por razones que ahora son muy largas de explicar”. Así contestó Benjamin Biolay al ser preguntado sobre la posibilidad de que su último disco, Trash Yéyé, pueda dar el espaldarazo definitivo a su carrera.
El cantante, que ha sido considerado como continuador de la chanson française y heredero de voces como la de Serge Gainsbourg, actuó el pasado fin de semana en Logroño dentro de la programación del festival Actual 2008. Sin embargo, el músico siempre ha huido de esta etiqueta. “Pertenezco a la tradición francesa, porque evidentemente canto en este idioma, pero para nada me siento identificado con los que me sitúan en la nouvelle chanson. De hecho, apenas escucho música francesa”.
Asimismo, Biolay se declaró seguidor de cantantes españolas como Bebe o Mala Rodríguez. Con su nuevo álbum, editado el pasado mes de septiembre, el intérprete muestra una cara más optimista que en su anterior trabajo, A l’origine (2005), el cual obtuvo resultados comerciales más que discretos.
Según el compositor, Trash Yéyé no tiene un significado concreto y simplemente es una “broma” que le hizo a un ingeniero de sonido cuando este le pidió una copia del disco que había grabado para escucharlo en casa. Aquellas dos palabras, sin significado aparente, sirvieron para distinguirlo de otros álbumes que había en el estudio.