The Housemartins y The Beautiful South tienen un denominador común: el liderazgo del británico Paul Heaton. Su primer proyecto tuvo una vida corta: dos discos repletos de pop concienciado. Las divergencias creativas entre Heaton y el bajista del grupo, Norman Cook (después en Beats International y disfrazado como Fatboy Slim), desintegraron a la formación cuando llamaba a las puertas de la fama internacional. Poco después, el compositor fundaba The Beautiful South para ofrecer unas composiciones más sofisticadas y fronterizas con el jazz y el soul. Soup resume ambas trayectorias fijando su mirada en los grandes éxitos.

“Take Jesus - Take Marx - Take Hope” recomendaba la carpeta del primer álbum de The Housemartins. Es verdad que las canciones eran sencillas, con melodías pegajosas, pero escondían un humor sarcástico y unas letras afiladas. Ahí están “Happy Hour” o “Think for a Minute”, ambas incluidas en el debut London 0 Hull 4 (1986). También forma parte del repertorio “Flag Day”, otro himno para los perdedores, magnificente en los arreglos, pero cargado de desánimo.

The People Who Grinned Themselves to Death (1987) es un disco más luminoso. De ahí surgen temas como “Five Get Over Excited” y “Me and the Farmer”. También el melancólico “Build”, con un bajo musculoso que hace vibrar las entrañas. Sin embargo, a pesar de incluir los juegos doo-wop y gospel de “Caravan of Love”, esta primera parte del resumen se antoja incompleta.

A pesar de estar en una posición ventajosa, The Beautiful South no fue capaz de capitalizar todo el éxito de The Housemartins, sobre todo fuera de Gran Bretaña. Las canciones ganan en complejidad, con los arreglos de piano de “Song for Whoever”, “I’ll Sail This Ship Alone” y “Old Red Eyes is Back”, y teatralidad (los diálogos de Heaton y Briana Corrigan en “You Keep It All In” y “A Little Time”, una espléndida pelea de pareja que asustaría a cualquier vecino).

Destaca la elegancia del grupo en composiciones de soul blanco como “36D” o “Prettiest Eyes” y con la presencia de instrumentos de viento en “Good as Gold (Stupid as Mud)”. La cantante Jacqueline Abbott también prestó su voz, cargada de matices, a los juegos de palabras del compositor. Protagonista en la campestre “Rotterdam (Or Anywhere)” y en la casi pornográfica “Don’t Marry Her”, compartió micrófono con Heaton (el funk de “Perfect 10”) antes de abandonar la formación. El grupo decidió separarse en febrero de 2007.