Regresa el "Señor Acelga" con todo el equipo que le hizo famoso en la televisión; desgraciadamente, no vuelve con el supuesto talento que demostró en terrenos catódicos, ya que este "Johnny English" no es más que un torpe intento por hacer parodia de un género -el de espías- que deja a la altura de obra maestra a la saga del inefable agente Debrin de "Agárralo como puedas" -por cierto: ¿dónde estás, añorado Leslie Nielsen?-
No obstante, Mr Bean intenta dar lustre a un producto fallido desde la base poniéndose ante un actor de gran presencia, ese encantador estrábico que es John Malcovich, en un papel de super villano de pacotilla que haría enrojecer a la mísmisima Teresa Rabal, que no es poco.
Como toda "buena" película de espías que se precie, no falta la espectacular espía fémina -sí, en eso si que han acertado- dándole el papel a la debutante en este de la actuación Natalie Imbruglia, modelo y cantante ocasional con una sola canción de éxito -"Turn"-, una muñequita cantora hecha en fábrica que por lo menos intenta alegra la vista entre bostezo y bostezo; sus capacidades actorales son otra cosa.
Las bromas de este torpe agente británico -su flema apesta- se ven venir a la legua y la trama sorprende muy poco, adoleciendo de un inmovilismo digno de la momia de Tuthankamon. No obstante, la sala a la que asistí -a mi pesar- estaba infestada de adolescentes y padres despistados, debido al constante bombardeo publicitario que ha tenido la película, una campaña promocional desmedida y engañosa, demasiado para este tiro por la culata de espía idiota.