El pasado mes de septiembre, concretamente el día 11, falleció Andy Whitfield, actor galés que interpretaba al mítico personaje de Espartaco que inmortalizó Kirk Douglas en la película de Stanley Kubrick.
Nacido en 1972 en Sidney, este joven intérprete formó parte de varias series de televisión australianas como Opening Up, The Strip, Packed to the Rafters y Las Hermanas McLeod, antes de llegar en el 2010 a la serie Espartaco: Sangre y arena, ficción con una estética muy similar a la película 300 que se rodaba en Nueva Zelanda, creada por Steven S. DeKnight y producida por Sam Raimi y Robert Tapert, entre otros.
La primera temporada constó de trece episodios de 55 minutos de duración y la serie fue renovada, pero a Whitfield le diagnosticaron un linfoma no-Hodghin y por ello se retrasó la grabación de nuevos capítulos, hasta el punto de realizar una precuela en forma de miniserie de seis episodios, bajo el nombre de Spartacus: Gods of the Arena, mientras el actor se recuperaba. Desafortunadamente Whitfield, después de luchar dieciocho meses contra el cáncer en su particular “arena”, no consiguió vencerle; no se recuperó. A los 39 años de edad abandonó esta vida.
Show must go on
Pero el show debe continuar y la cadena Starz ha confirmado, para alegría de los fans, que aún mantienen el recuerdo de Whitfield, que la nueva temporada llegará a las televisiones en el año 2012 y que se llamará Spartacus: Vengeance.
El 27 de enero, más de dos años después del comienzo de la serie, se estrenará con Liam McIntyre, también australiano, haciendo su debut como el personaje de Espartaco, en sustitución de Andy Whitfield. Además de él, habrá otro cambio, la actriz Lesley-Ann Brandt, que interpretaba a la esclava de Lucretia, decidió no continuar en la serie para dedicarse a otros proyectos. Cynthia Addai-Robinson será su sustituta.
En esta segunda temporada la acción se desarrollará en otro escenario. Los gladiadores ahora luchan para conseguir una revolución a gran escala que debe comenzar en la ciudad de Capua. La arena y la sangre permanecerán, pero a todo ello se unirá un sentimiento que todos los gladiadores de la Casa de Batiatus comparten: La venganza. Y Capua arderá hasta sus cimientos, quizá en memoria de Andy Whitfield.
