Volvo tiene una buena imagen de marca ganada a base de muchas cosas, pero una de ellas, sin duda, es la decidida apuesta por la innovación tecnológica. Este sistema resulta un paso adelante en la aparición de sistemas de guiado de automóviles sin conductor.
Utilizar imanes parece un sistema más interesante para la fiabilidad, dado que, a diferencia de los métodos electrónicos, no se ven afectados por las malas condiciones atomsféricas o los obstáculos en la carretera, así que pueden guiar mejor los coches. Las pruebas realizadas en Hällered, Suecia, parecen confirmar este extremo.
Los suecos tuvieron que diseñar sistemas que pudiesen realizar más de 400 lecturas por segundo, que era la cantidad que se estimaba adecuada para velocidades de unos 145 Km/h. La transmisión se probó en carreteras en un bosque y en asfalto, en ambos casos con resultados muy positivos. La cuestión de los costes es complicada: dotar un kilómetro de autopista con estos sistemas estaría en torno a los 17.500 €, que parece relativamente competitivo con los costes que tiene el California PATH project, un método para autobuses sin conductor que también está en fase experimental.