La Guerra está en todas partes y nosotros estamos en medio. Las fuerzas del Caos le están comiendo terreno a las del Orden, que aguantan estoicamente sus acometidas. Hay que elegir un bando y una raza: Imperio, Enanos y Altos Elfos por parte del lado de la luz; Caos, Pieles Verdes y Elfos Oscuros en el las fuerzas del mal. Una vez sellada nuestra lealtad, es el turno de enfundar la espada para combatir. Porque de eso trata Warhammer Online desde el primer momento, de combatir.
Las opciones de personalización que presenta el título de EA y Mythic para crear a cada héroe no se quedan cortas. Se empieza por elegir una de las 20 clases que se encuentran dentro de las seis razas, desde los imponentes cazadores de brujas, pasando por las mortíferas hechiceras, hasta los todopoderosos elegidos del Caos. Después, se pueden modificar los rasgos físicos de tal manera que cada jugador se sienta totalmente identificado con su personaje. Más adelante se elegirá una de las muchas profesiones disponibles y se especializará al héroe por medio de las distintas habilidades.
Y para terminar, cada cual deberá elegir un servidor acorde a sus gustos o necesidades. En España se han habilitado tres del tipo RVR (reino contra reino) aunque, tras la suscripción de más de medio millón de usuarios la primera semana en todo el mundo, GOA -filial de France Telecom- creará un buen número de servidores extras para cada país antes de las Navidades.
La diferencia de un universo RVR con los demás radica en que aquí, cualquier jugador puede atacar a otro en el momento más inesperado y sin atenerse a ninguna norma. Es decir, se corre el riesgo de ser asesinado vilmente por la espalda mientras se está completando una misión. Es la opción más divertida y, a la vez, la menos recomendable para los más temerosos y novatos.
Fácil aprendizaje, dominio asequible
Sean cuales sean la elecciones previamente tomadas, el protagonista del título será un contendiente sin pasado, un don nadie que tendrá que forjarse a sí mismo y a su leyenda para hacerse un nombre en esta guerra de la que forma parte y que aparentemente no tiene fin. Muy al contrario de lo que suele suceder en este tipo de títulos, los inicios, exceptuando la primera hora, no son complicados. En los primeros 60 minutos los usuarios, especialmente los recién llegados al género, se encuentran con un torrente de información, ventanas y opciones que seguramente les sobrepasen. A esto tampoco ayuda el escueto manual que acompaña al juego. Pero una vez superada esa pequeña hora de adaptación y gracias a las ventanas de indicaciones y los avisos, la diversión y las batallas son inminentes.