La interfaz tampoco encierra ningún misterio y se muestra bastante parecida a la del World of Warcraft. En la parte superior, una barra de experiencia para el jugador, otra de renombre y otra de influencia; mientras que a la derecha del icono del héroe se muestran el medidor de vida, el de moral y los puntos de acción -lo que sería el maná en otros títulos-. El Tomo del Conocimiento será nuestra hoja de ruta, en la que se podrá anotar de todo y en la que quedarán registrados cada uno de nuestros movimientos.
Afortunadamente, no hacen falta horas y horas para llegar lejos en WAR. Las misiones, sin llegar a la complejidad de las del WOW, se completan de una manera bastante rápida y directa. Ayuda sobremanera la ubicación de cada desafío en el mapa, lo que evita eternas caminatas en busca de un objetivo. Además, a poco que haga el jugador, va sumando logros, lo cual incentiva mucho. Y además, estos los puede conseguir en pequeños ratos libres. Mythic no nos exige días para ver cómo avanza y se desarrolla nuestro héroe. Con horas, o incluso minutos, es suficiente.
Al campo de batalla, de sopetón
Una vez puestos en marcha, el personaje principal se ve inmerso en una batalla incesante que se desarrolla a lo largo de todo el continente. Mientras que empieza a hacer sus primeras misiones ya puede ver cómo a su alrededor sus compañeros pelean con la facción contraria (Imperio/Caos; Enanos/Pieles Verdes; Altos Elfos/Elfos Oscuros). Porque en WAR, lo primordial es acabar con la raza opuesta y combatir desde un primer momento. Así están pensadas las misiones, en las que los enfrentamientos con el bando contrario se dan desde el nivel 1. Y desde ese mismo nivel se puede meter cualquier luchador en un campo de batalla, el súmmum del juego.
Con sólo acceder a una zona concreta o activar un botón en la parte derecha de la pantalla, el soldado -porque al fin y al cabo cada uno es un peón más en este eterno conflicto- se pone en lista de espera para entrar en un combate Reino contra Reino. Una vez dentro, se enfrentarán todos los miembros del Orden contra todos los del Caos en una batalla espectacular, en la que habrán distintos objetivos por conseguir para poder cantar victoria. Entrar en un escenario de este tipo con un grupo de amigos y, juntos, organizarse para combatir a gran escala es una de las experiencias más gratificantes que ofrece cualquier MMORPG a día de hoy.
Estas batallas RVR comprenden cuatro niveles, con distintos desafíos, y en el cuarto se encuentra otro de las puntas de lanza de este título, los asedios a ciudades y fortalezas enemigas.