Calificado como el “vende-consolas” de Playstation 3, nadie pensaría atendiendo a esa descripción que estamos ante un título de plataformas. Al menos hasta la primera partida. Ahí descubrimos que Little Big Planet es un juego acertado desde su mismo nombre, expresivo de cómo desde su aparente simpleza logra convertirse en algo de enormes proporciones.
Un título que lo tiene todo para cumplir con las expectativas creadas.
Si alguien creía a estas alturas que el título navideño más original iba a acabar nuevamente en el saco de Wii, es que había logrado pasar mucho tiempo con la cabeza bajo tierra evitando toda referencia al pequeño gran planeta en el que Playstation 3 se dispone a aterrizar. Un proyecto tan ambicioso -a pesar de lo que unas primeras capturas hace intuir-, que va a protagonizar un pack propio juego+consola para hacer lo posible para vender más unidades de la bestia de Sony.
Y eso cuando curiosamente estamos lejos de lo que cualquiera esperaría de una apuesta de esas características en una consola de la última generación. Ahí, como en el género (un plataformas, aunque adelantamos ya que con mucho jugo) nuevamente los rasgos son más los de la compañía de Mario y familia que no del público Playstation al que algunos han querido tildar de ‘casual’ y abonado a propuestas recurrentes.
Algo totalmente contrario a las virtudes que desmenuzaremos en profundidad en el análisis, y que aquí adelantamos tras la primera toma de contacto en la presentación organizada por Sony. Unos rasgos que empiezan contradiciendo la idea de que sólo por la vía galáctica de Mario en Wii se podía extender el género de las plataformas. Haciendo del diseño un objeto de culto que nos sirve un entorno pero que al mismo tiempo nos impulsa a crear uno propio, desbordando la creatividad y extendiéndola al usuario como parte esencial de Little Big Planet. Como remate podríamos encontrar la interactividad que hace que la diversión crezca exponencialmente tanto en su multijugador como compartiendo creaciones. Pero posiblemente lo justo sea reconocer que lo determinante, como en los auténticos grandes juegos, es la ejecución, el cómo se lleva a cabo la materialización del proyecto, con una elaboración y sutileza asombrosa.
Saltar, saltar… y crear
Si el aspecto cómico y entrañable de nuestra mascota Sackboy no es suficientemente llamativo, las posibilidades de personalización del bicho que se nos dan en todo momento y la riqueza de sus escenarios ya hacen que LBP nos entre por los ojos. Además, como se ha venido diciendo en todos estos meses alimentando Hype, su mayor cualidad es el editor de escenarios que permite que personalicemos hasta el límite de nuestros deseos niveles que luego podremos compartir por Internet (y teniendo en cuenta que en una semana de versión beta se crearon 3000 niveles, los que entren al trapo podrán dedicar el resto de su vida a profundizar en todas estas creaciones indexadas desde Playstation Network, alargando sin tope la vida útil del producto).
Otro elemento que será primordial en su inevitable éxito será el anunciado multijugador. Hasta 4 monigotes al mismo tiempo, bien en la misma consola u online, interactuarán de una forma sencilla e inteligente pudiendo comunicarse gracias a la capacidad de nuestros protagonistas para expresar alegría, tristeza o enfado (mediante stick izquierdo), cuando no se zurran o agarran entre ellos para añadir más emoción a un título que lo tiene todo para cumplir con las expectativas creadas.
Aquí, un par de muestras en forma de video de lo que puede dar de sí. La primera, una recreación del Tetris. La segunda, del God Of War.
Video Little Big Planet
Video Little Big Planet