A pesar de la belleza del entorno, lo que vamos a visitar es un país africano asolado por la guerra, donde múltiples facciones libran una lucha fratricida por hacerse con el control del territorio. Uno podría pensar que conseguir comida viene a ser la prioridad de cualquier habitante que deambule por estas tierras, pero como viene siendo habitual el sonido de las armas es lo que manda en Africa. Para un traficante de armas, una guerra es la situación ideal para enriquecerse, y aún más sin los escrúpulos que obstaculicen proporcionárselas a todos los bandos del conflicto. Esto es lo que viene haciendo por todo el mundo “Chacal” uno de los traficantes más poderosos y el número uno de nuestros objetivos a eliminar en nuestra llegada a Africa, que es más bien una bofetada (acribillados a balazos y enfermos de malaria antes de que podamos darnos cuenta) justo antes de recibir la inesperada visita del Chacal para darnos cuenta con qué clase de escoria tenemos que enfrentarnos.
Jugando a Far Cry 2
Para disfrutar con esta “segunda parte” lo primero que habrá que hacer será olvidar totalmente de la primera. Hay jungla, hay armas y hay enemigos, pero ahí acabarán todas las similitudes y empezarán todas las jugosas diferencias que presenta una secuela que de entrada resulta muy ambiciosa. Perdidos en África y con malaria, durante gran parte del tiempo no sabremos cuando o como podremos acercarnos a chacal, por lo que entre tanto realizaremos misiones para distintos personajes y facciones, haciendo poco a poco avanzar la historia hacia el objetivo final.
Hay dos cosas que vamos a tener que hacer constantemente. Una es disparar. Pocas veces vamos a encontrar un número tan alto de enemigos como en Far Cry 2, y no es porque nos ataque un ejército enorme como en el abismo de Helm, sino por la numerosa presencia de puestos de vigilancia colocados a lo largo de cada cruce o pueblecillo que nos encontremos.
La segunda cosa que vamos a hacer es viajar, y la culpa es del enorme territorio que se ha puesto a disposición del jugador, un total de 50 Km2 repletos de cosas que hacer en uno y otro lado. Afortunadamente se ha dado la importancia necesaria al uso de vehículos, siendo estos bastante abundantes.