No es habitual encontrar en las estanterías de nuestras tiendas títulos como Valkyria Chronicles. Ahora es Sega la que se atreve a cruzar la frontera y traernos un juego de estrategia con un estilo al que no estamos acostumbrados…
Hasta este momento, todo lo hemos estado observando desde una vista aérea en 2D, con un plano marcando la posición de cada uno de nuestros personajes, así como la de los enemigos que tenemos a la vista. Cuando decidamos a quién queremos mover, la vista pasará a las 3 dimensiones y comenzará el turno.
Dependiendo del tipo de soldado elegido, en la parte inferior de la pantalla se nos mostrará una barra más o menos grande que nos limita cuánto nos podemos desplazar. También se mostrará una barra de vida y las armas disponibles para la ocasión (con munición limitada según el tipo de arma). Al llegar el momento de disparar, además de la vida restante del enemigo, podremos ver la cantidad de tiros necesarios para acabar con él. Si apuntamos a la cabeza lógicamente disminuirán de una manera bastante significativa con respecto al cuerpo, pero también es bastante más probable que fallemos con más facilidad.
Con tod, en los combates no acaba la profundidad de Valkyria Chronicles. También es posible aumentar las capacidades de nuestros soldados como de las armas o incluso de los tanques. En el caso de los primeros, gastaremos la experiencia ganada en los combates para aumentar los niveles de cada tipo de soldado, mejorando poco a poco sus capacidades. Las armas se pueden mejorar gastando el dinero acumulado, mientras al tanque se le pueden ir añadiendo poco a poco elementos para que sea más dañino o para que tenga más aguante frente a los ataques enemigos entre otras cosas.
Aunque no todo son ventajas en él. Es probable que al jugador no le guste el enfoque oriental que se le ha dado y se aburra al poco rato de empezar a jugar. Además no sólo viene con las voces en el idioma de Shakespeare, sino que los textos también están en un perfecto inglés y hará que no sea accesible a cualquiera que no domine mínimamente el idioma.