La compañía francesa Microids es conocida sobretodo por sus aventuras gráficas. Road to India o Druuna son ejemplos de sus creaciones, y ahora ha sacado un título que trae aire fresco al mundo de las aventuras gráfica. Nos referimos a Syberia, un título en el que se han invertido dos años de producción y que está muy bien ambientado en un tiempo moderno, aunque que tiene claros toques de clasicismo y muchas reminiscencias de principios del siglo pasado en sus localizaciones y escenarios.
La historia tiene como protagonista a la joven abogada Kate Walker, que se traslada a Valadilene, un pequeño pueblo perdido en las montañas de los Alpes franceses, para completar la compra de una fábrica de juguetes y autómatas. Sin embargo, no es una fábrica muy común: en realidad se trata de la Compañía de Juguetes Universal, que también se encarga de la producción de autómatas. La que durante siglos había sido una próspera empresa de fabricación de dispositivos mecánicos se las ve de repente con el panorama económico actual, y enseguida queda obsoleta y cae irremediablemente en el olvido, así que su dueña, la anciana Anna Voralberg, decide venderla. Pero las cosas no van a ser tan fáciles como parecían en un principio: nada más llegar al pueblo, Kate presencia el paso de un cortejo fúnebre, y la que va dentro del ataúd no es otra que la anciana propietaria de la fábrica. Este hecho inesperado trastoca todos los planes de Kate, pero una nueva orden de su jefe la lleva hasta la notaría del pueblo, donde teóricamente podrá completar la compra de la fábrica y partir enseguida hacia Nueva York.
Sin embargo, el notario pone a Kate en un compromiso al enseñarle una carta escrita por Anna dos días antes de su muerte, en la que deja un heredero, que no es otro que su hermano menor, Hans Voralberg. Esa misma carta revela que Hans no murió hace 30 años, como todo el mundo cree, sino que está sano y salvo en algún lugar del norte de Siberia. Por lo visto, la ahora difunta dueña ha estado en contacto con él por correo desde aquel entonces, pero desde hace seis meses no ha vuelto recibir ninguna carta. Al ser él el legítimo propietario de la fábrica, es el deber de Kate encontrarle para poder firmar la compra y dejar zanjado el tema, por lo que deberá marchar en su búsqueda para encontrar a este exiliado voluntario. Y esta búsqueda transcurrirá por diversas localizaciones muy diferentes que están interconectadas por un moderno tren (que por cierto, es obra del mismo Hans), hasta que finalmente consigas encontrarle, descubriendo por el camino un mundo mágico de autómatas y de personajes de toda clase en una gran variedad de misteriosos escenarios.
El juego se desarrolla en tercera persona, y la interfaz del juego es muy sencilla e intuitiva. Es un sistema «point and click» muy básico, y el cursor cambia de forma según la opción que tengamos sobre un objeto y persona. Con un simple clic con el botón derecho podemos acceder fácilmente al inventario y seleccionar el objeto con el que queramos interactuar sobre algo, o combinar dos objetos entre sí dentro del mismo inventario. Por otra parte, dentro de esa misma ventana podremos acceder al teléfono móvil de Kate, un elemento que llevará consigo desde el principio de la aventura y que le permitirá estar en permanente contacto con personajes que no aparecen físicamente en el juego, pero que tiene cierta relevancia. Un ejemplo de ello es su jefe, que irá guiando a la protagonista en su búsqueda diciéndole lo que tiene que hacer y que también te irá preguntando sobre el progreso de tus indagaciones. También está la madre de Kate, una amiga suya llamada Olivia, y hasta su novio Dan.
Uno de los puntos fuertes de este juego son los gráficos. Como puedes ver en las imágenes, los escenarios están recreados con una exquisita atención al detalle. Y no es de extrañar, puesto que el nuevo motor gráfico permite hacer estas cosas, y aun más. Las animaciones de los personajes son de lo mejor que se ha visto últimamente, especialmente en las escenas cinemáticas. El famoso dibujante Bernoit Sokal, que ya había participado anteriormente en otra aventura de Microids llamada Amerzone, ha sido el encargado del apartado gráfico de este juego, y sin duda el resultado está a la altura de su figura. Por otra parte, los movimientos son suaves y muy naturales. Pero el apartado gráfico no es lo único de lo que podemos hablar bien. La música que ambienta el juego es de una calidad impresionante, y se ve muy bien trabajada.
En definitiva, un título que agradará a todos los amantes de las aventuras gráficas, especialmente de las de toda la vida, y seguramente también al jugador estándar.