El séptimo capítulo de la saga bélica y de humor de SNK, eligen la consola táctil para ofrecernos una ración de disparos y adrenalina como sólo Playmore sabe manufacturar. La acción en 2D todavía tiene sus dignos representantes, y Metal Slug es una de sus sagas más carismáticas.
Durante mucho tiempo se ha esperado que alguna entrega de Metal Slug apareciese en los soportes de Nintendo. Sin contar con los recopilatorios publicados y la versión "apócrifa" de GB Advance -fuera de la cronología oficial- esta es la primera vez que disfrutamos de una entrega completamente nueva y en exclusiva. Ya llegarán las versiones (la de Xbox Live está más que cantada) pero por el momento, sólo los poseedores de NDS podrán disfrutar del episodio que nos ocupa, parte de una saga considerada de culto.
Nada ha cambiado en SNK. Los desarrolladores nos traen, casi de regalo, siete fases con el espíritu de la saga intacto. Tratar de hacer algo diferente alteraría por completo sus preceptos, un concepto arraigado en nuestro inconsciente jugón; si nos cambiasen algo, no se trataría de un Metal Slug genuino.
Partiendo de que tanto el plumilla que firma esta reseña como el director de esta publicación consideran que estamos ante los únicos y verdaderos sucesores del obligatorio Contra y derivados, esta entrega es una ración de pura acción alocada, vertiginosa, absurda... algo que en momentos de estrés pide nuestro cuerpo.
La censura no hace acto de presencia por ningún lado. Es de agradecer que los salpicones de los soldados caídos por el fuego cruzado sean rojos y no de otro color que lleve a pensar que nos dedicamos a masacrar a muñecos rellenos de arena. La acción está desmadrada desde el mismo inicio, sin momentos para que podamos detenernos a escuchar las melodías compuestas para cada misión: sólo el sonido del arma protagonista y los aullidos de dolor del enemigo serán lo que escucharemos durante la partida.
En la parte negativa tenemos que reseñar que Metal Slug 7 hace el uso más absurdo e inútil que hemos visto para la pantalla táctil de DS. Un mapa minúsculo que podemos mover con el stylus es su principal utilidad… y nada más. Un mapa más grande, u opciones de control, de cambios de armas… nada de eso se deja ver, algo que le resta puntos a la innovación en el lugar donde esta entrega sí podía darlos. Tambien en ese sentido nos sorprende negativamente que, pensado en el port a otras consolas, no hayan programado el juego para que use las dos pantallas mostrando nuestro avance (como sucede en Contra 4, todavía no distribuido en nuestro país ¿a qué espera Konami?).
Argumentalmente la novedad principal es el cameo de Ralf Jones y Clark Still, de Kings of Fighters, cambiando los puños y las patadas habituales por las granadas y los rayos lasers; y poco más.
Con Metal Slug 7 es un juego rápido y directo. En el modo fácil dura un suspiro, en el difícil el usuario no logrará acabarlo nunca. Incluye 28 misiones extra con bonus repartidas entre sus 7 fases, así que el que no se de por satisfecho es que está pidiéndole peras la olmo.