El abandono que sufre Wii ante los distribuidores incapaces de saber qué hacer con los juegos de rol y, por tanto, condenándolos al ostracismo, está empezando a resultar exasperante. De todos los juegos prometidos, aun esperamos como agua de mayo la secuela de 'Tales of Shymphonia' y alguna otra promesa, una vez perdida la esperanza de que Square Enix programe algo grande para la consola (no así para Nintendo DS, donde no tenemos queja, la verdad sea dicha).
'FF Chocobo’s Dungeon' es el enésimo spin off de la saga madre, éste enfocado al público más joven y conocedor, ante todo, de las limitaciones de Wii. Pese a contar con hermosas secuencias animadas y un buen doblaje al inglés, el juego apenas presenta mayor potencia gráfica que el lejano 'Cristal Cronicles' de Game Cube. Y no importa; si somos fans de la saga el juego nos atrapará sin problemas.
Estamos en todo caso ante el primer RPG de mazmorras que aparece en Wii para el mercado occidental. Dentro de las limitaciones del género, tenemos que decir que se han simplificado -aun más si cabe- los preceptos base y, pese a mantener la aleatoriedad de las mazmorras en las que jugamos, los objetos que equipamos, magias etc, no los perderemos a cada derrota que suframos como suele ser habitual (no sucede así con lo que llevemos en la bolsa, que se quedará a cero si no lo hemos dejado a buen recaudo antes de cada misión).
El argumento nos pone en la piel de un intrépido Chocobo, con el que iremos a parar a la misteriosa tierra de Lost Time, un lugar donde los habitantes han perdido todos sus recuerdos. Cuando un misterioso bebé cae del cielo y es adoptado por el equipo protagonista se abre la posibilidad de visitar los recuerdos de los habitantes (en forma de mazmorras) para reactivar su memoria, poniéndose en marcha la mecánica de la aventura.
Estética 'FF'
El envoltorio es perfecto para los más jóvenes y los fans de la serie. Melodías, personajes, ambientaciones, magias, hechizos, todo procede de la saga madre. Son innumerables las veces que nos detendremos ante un elegante guiño introducido por el equipo de programación y por Toshiyuki Itahama, el diseñador que se ha marcado la estética adorable de toda la entrega. El crescendo épico se agradece en un producto de estas características (que podría limitarse a ofrecer combates en mazmorras y poco más) y a las pocas horas nos vemos inmersos en una agradable aventura que apetece recorrer de un tirón.
Es incomprensible, por tanto, que un lanzamiento que podría colocarse en un buen número de hogares y para jugadores de todo tipo haya llegado sin traducción. La distribución de los juegos de Square Enix parece errática y sin planificación alguna. Encontrarnos con juegos como éste o con The World Ends With You de NDS sin una traslación al idioma de Cervantes da fe de lo mucho que espera el poseedor de los derechos de la compañía en el país que los distribuye. Una falta de respeto al jugador de la que casi nos habíamos olvidado.