Los amantes de las operaciones cuentan con dos nuevos médicos esperándoles para tratar a todo tipo de pacientes. Trauma Center vuelve a poner en nuestras manos a todo tipo de pacientes para salvarles la vida… ¿Estás preparado para operar?
Una de las características más atractivas de esta nueva entrega es el modo cooperativo de dos jugadores.
Trauma Center no es un juego que se parezca a cualquier otro del mercado. Además, su enfoque hace que no sea apto para todos los públicos. Para aquellos que aún no conozcan la serie (vamos ya por la tercera entrega), nos metemos en la piel de un par de médicos, Markus Vaughn y Valerie Blaylock, que tratarán de salvar la vida a los distintos pacientes que van apareciendo a lo largo de su argumento. Cada uno de ellos vendrá con una dolencia distinta, y cuánto más avancemos en la historia, más difíciles nos pondrán las cosas.
En cada una de las operaciones en las que nos vayamos embarcando, tendremos a nuestra disposición todo tipo de material médico, si bien en un principio se nos irán dando unas nociones básicas de cómo usar cada uno de los utensilios para que no tengamos problemas y la liemos. Cuando llevemos un par de operaciones, el abanico de herramientas con las que trabajar será amplio y cada vez nos tocará ser más precisos si no queremos perder a nuestros pacientes.
Dentro de ese catálogo, por un lado estarán los elementos más comunes, como pueden ser el gel antibiótico para desinfectar las heridas o el bisturí para realizar incisiones, las cuales deben hacerse con algo de pulso siguiendo una línea de puntos que nos delimita la zona a cortar. También estará la aguja quirúrgica que nos servirá para cerrar las heridas más grandes o las incisiones del bisturí y las pinzas, una herramienta que utilizaremos para tareas que van desde extraer cuerpos extraños de los pacientes (tanto de la parte externa como interna del cuerpo) hasta para recolocar, con un buen pulso, los posibles huesos dislocados en los pacientes.
Llegará un momento en el que tendremos que aprender a utilizar herramientas de trabajo como el ultrasonido para detectar tumores no visibles, o el tubo de drenaje para limpiar de sangre las zonas de las hemorragias. Lo más seguro es que al principio nos confundamos con tantos elementos a usar en una misma operación, pero cuando se nos atragante un paciente y no consigamos superar la misión, no hay nada como volver a intentarlo una y otra vez hasta conseguirlo. Seguro que después de unos cuantos intentos cogeremos la soltura suficiente para superar los retos más difíciles de una manera extremadamente intuitiva.