El pequeño jorobado llamado Igor quiere presentarse a la Feria Anual de Ciencia Malvada. Para ello, irá acompañado de sus creaciones para superar cada una de las situaciones que vayan surgiendo a lo largo de la aventura.
La verdad es que, con lo dicho hasta ahora, no pinta del todo mal. Cabe incluso destacar que tiene un modo cooperativo de hasta cuatro jugadores, en el que cada persona maneja a uno de los protagonistas principales. Pero la verdad es que se puede decir que todo es apariencia. Aparte de ofrecernos una alternativa más dentro del género plataformero, tiene muy pocos más alicientes.
Podríamos empezar hablando de su traducción al castellano, que pese a ser un gran detalle por parte de la compañía, hay que decir que es francamente malo. Empezando por Igor, cada una de las voces del reparto es cada cual peor. Hay momentos que parece que está hablando un extranjero con problemas para hablar el castellano, convirtiendo el doblaje en uno de los peores escuchados en mucho tiempo.
Gráficamente es casi desagradable a la vista. Tiene unos escenarios bastante básicos, donde nos encontraremos paredes imaginarias que no nos dejan saltar una simple valla o incluso lugares que parece que han sido cortados por lo sano porque no les apetecía hacer una pared y en vez de eso, optaron por crear un abismo sin fondo que hará el mismo papel. Si continuamos hablando de los protagonistas y los enemigos nos pasa más o menos lo mismo, encontrándonos con un montón de polígonos que quieren formar unas figuras que normalmente se intuyen, pero en algunos casos hay que tener imaginación para descubrir qué es lo que estamos viendo en la pantalla.
Centrándonos en el apartado jugable, la primera palabra que se nos viene a la cabeza es “aburrimiento”. Realmente, durante toda la aventura lo único que habrá que hacer será recorrer los escenarios en busca de tuercas, flores y calaveras, a medida que vamos acabando con los monótonos enemigos que en ocasiones no dejan de caer del cielo hasta que no cambiemos de instancia. También es cierto que se ha intentado incluir en cada fase algún que otro puzle para resolver, pero cada vez que nos encontremos ante un mínimo problema, ahí estará Igor para decirnos detalladamente qué es lo que tenemos que hacer, evitándonos pensar lo más mínimo.
Por último, para tratar de hacerlo más ameno, en una o dos ocasiones por nivel, llegará el momento de enfrentarse con jefes con una barra de vida que aparecerá en la parte inferior de la pantalla. El problema estará de nuevo cuando nos demos cuenta de que no suponen ningún reto, y normalmente acabaremos con ellos con el hecho de seguirlos mientras pulsamos repetidamente el botón de ataque...