Es cierto, Silent Hill Origins permitió a los usuarios de PSP y PS2 conocer detalles sobre los orígenes del mal que asola Silent Hill, pero también supuso un punto de inflexión al ser el primer título en toda la saga que prescindió del equipo de desarrollo original, optando por un estudio externo para su creación, en este caso Climax Studios.
No conocemos los detalles de esta decisión, pero quizá influyó el hecho de que la cuarta parte no estuviera a la altura del resto a pesar de ser un buen juego. Con Silent Hill: Homecoming han vuelto a tomar la misma decisión, pero esta vez los elegidos han sido los Californianos de Double Helix Games, estudio fundado en 2007 por ex-componentes de The Collective o Shiny entre otros.
Nuestro protagonista atormentado se llama Alex Sepherd, un ex-militar que predijo en sueños la muerte de su padre y de su hermano a los que ahora trata de encontrar. Bajo esta premisa viajaremos de nuevo a la ciudad de las pesadillas, una ciudad donde los personajes más extraños y retorcidos van para a tratar de expiar sus pecados.
Homecoming mantendrá las señales más importantes de la saga, lo que conlleva a intentar hacernos sufrir mientras nos desplazamos por tenebrosos pasillos, zonas donde la niebla nos envuelve y criaturas salidas de la mente de alguien muy retorcido.
Silent Hill se ha caracterizado por ofrecer una sabia mezcla de aventura, puzles y acción, un acertado coctel que unido a su ambientación y a las excelencias de una banda sonora que ha hecho historia, siempre había contado con el beneplácito de crítica y jugadores. No parece que DoubleHelix vaya a traicionar el espíritu de la saga, pero entre los puntos más novedosos destaca un control muy mejorado respecto a las entregas anteriores. Alex será mucho más ágil, sus movimientos más precisos y responderá sin problemas a nuestras acciones.
Gran parte de la culpa la tendrá un sistema de lucha con más posibilidades, un detalle que esperamos no convierta a Silent Hill en un brillante lanzamiento de acción que poco o nada tenga que ver con lo que ha sido siempre, algo que han sufrido otras sagas de renombre como Resident Evil.