No es que se pueda decir que haya pocos shooters en las consolas actuales, y hay que reconocer que el nivel que están alcanzando éstos últimamente es bastante alto… ¿qué es capaz de aportar Shellshock 2 ante este panorama?
La acción de la segunda parte de Shellshock nos sitúa en la guerra de Vietnam. Desempeñamos el papel de Nate, un recluta que está a punto de vivir una serie de extraños acontecimientos que harán que su vida esté en riesgo constantemente… y no sólo por los peligros típicos de una guerra. Al comenzar la aventura se nos irá explicando algo sobre “Whiteknight”, supuestamente un arma secreta que es capaz de acabar con miles de personas en muy poco tiempo. El caso es que el misterio rodea a dicha arma, ya que todo el mundo que ha llegado a descubrirla, o no ha conseguido sobrevivir para contarlo o ha acabado completamente loco. ¿Será una plaga? ¿O quizás sea una persona? Si queremos desvelar los enigmas que la rodean, tendremos que jugar a Shellshock 2.
La verdad es que la historia, aunque no muy original, tiene gancho más que suficiente como para atraernos y hacernos jugar para descubrir qué se esconde detrás de “Whitekinght”. El problema está en los defectos que encontramos al ponernos a los mandos de la consola. En primer lugar está el sistema de apuntado, que al principio achacaremos a que aún no nos hemos hecho con los controles, pero según vayamos jugando nos percataremos de que el problema está en la brusquedad de movimientos. Algo que a priori debería ser sencillo se convertirá en una ardua tarea, de hecho, aunque usemos la mirilla del arma equipada, la cosa no mejorará, en muchos casos incluso será peor usarla.
Y hablando de armas, nuestro personaje no puede llevar más que una pistola que siempre llevaremos encima, además de otra que iremos recogiendo por el camino según matemos a los enemigos, por lo que realmente llevaremos solamente una principal que iremos sustituyendo a medida que nos vayamos quedando sin munición. También habrá determinados momentos en los que intentarán acabar con nosotros cuerpo a cuerpo, forcejeando hasta que uno de los dos caiga abatido.
En esos momentos se hará uso del sensor de nuestro mando, mostrándonos en pantalla los movimientos que tenemos que hacer si queremos salir victoriosos. Es una buena idea para sacarle partido a esa función, pero es muy posible que nos lleguemos a desesperar, ya que por muy rápido que movamos el mando acabaremos igualmente muertos… Y podemos asegurar que la mayoría de las personas que se hagan con el juego desactivarán el sensor por este problema.