Afortunadamente un género como el de la estrategia táctica comienza a labrarse un reconocimiento y parece que por fin está consiguiendo atraer a un mayor número de jugadores. Prueba de ello es la abundancia de lanzamientos, con juegos como la serie Advance Wars, Fire Emblem, o el reciente Valkyria Chronicles, una maravilla lanzada hace muy poco tiempo por Sega en Playstation 3.
Cada uno de estos lanzamientos tiene su propia personalidad, su forma de atraer al jugador y de retar su destreza e inteligencia. Disgaea 3 mantiene el sello que Nippon Ichi impone a sus creaciones, pero quizá se haya estancado un poco en algunos apartados para su estreno en Playstation3. El sello de la casa es el humor, un cuidado diseño de personajes y argumento, y sobre todo un sinfín de posibilidades y horas de juego que convierten la compra de sus juegos en una operación muy rentable.
Nuestro protagonista, un diablillo del inframundo pasa los días enfrascado en la lectura de libros sobre héroes épicos que derrotan el mal, mientras acude con pocas ganas a la “Academia del mal” un lugar donde solo los malvados consiguen destacar. Desbancar a su padre y convertirse en un verdadero héroe es ahora el objetivo de Mao, pero también una mera escusa para embarcarnos en un profundo y divertido juego de táctica y estrategia.
El corazón de Disgaea 3 mantiene los conceptos generales de la saga. Esto equivale a tener que preparar un buen grupo de guerreros con distintas capacidades (ataque a distancia, magia, cuerpo a cuerpo) para después teletransportarnos a diferentes campos de batalla. En un desarrollo por turnos, cada uno de los integrantes de nuestro grupo tendrá una capacidad para desplazarse y desde allí atacar a un enemigo, ponerse en guardia o preparar algún hechizo en el caso de los magos.