Muy cómodos deben estar en Nintendo si una de las líneas de acción para esta temporada pasa por adaptar viejos juegos de Game Cube a la consola de sobremesa que ha batido en ventas a PS3 y xBox360 casi sin despeinarse. Una proeza así merece nuevas producciones y no cómodas versiones reestrenadas con la excusa de que "sean conocidas por los nuevos jugadores".
‘Pikmin Wii’ es el mismo juego que en 2001 aterrizó en la vieja Game Cube. Han añadido el control con el Wii mando y los gráficos son más coloridos, pero en esencia, en la forma y en el contenido, la aventura de Olimar y los pequeños bichillos que le acompañan es la misma. ¿Justifica su reducido precio la adquisición de este juego?
Pikmin en Game Cube se ha convertido, a fuerza de repetirlo por activa y por pasiva, en un clásico moderno que hasta se empeñan algunos en calificarlo de juego hard-core. Para los que llevamos años en esto de los videojuegos podemos decir sin ruborizarnos que Miyamoto tuvo la “brillante” idea de recuperar el clásico concepto ‘Lemmings’ para las nuevas generaciones.
Y ya. Esto debería bastarnos para decidir si hacernos con esta entrega o no. Si has disfrutado en algún momento con ‘Lemmings’, con sus cientos de tareas y las misiones de sacar vivos a esos engendros, ‘Pikmin’ es una compra obligada, teniendo en cuenta que siendo un juego difícil, reduce hasta lo simple las posibilidades de control.
Olimar puede recolectar hasta tres tipos distintos de pikmins y usarlos para diferentes tareas. En grupo son capaces de realizar proezas como mover grandes objetos o pelear contra insectos. El motivo de todo ello es recoger las 30 piezas de la nave de Olimar para que pueda marcharse del planeta en el que ha caído su cohete. El elemento agresivo viene con el contador de días que incluye la aventura: disponemos de 30 (muy breves en duración) para resolver todos los puzles y salir airosos del entuerto. Y este elemento es el que pica de verdad, el que lleva a querer sacar a Olimar cuanto antes de ahí y abandonar de una vez el reto.
Y es que no fue una maravilla en su momento y ha quedado prehistórico ahora. Miyamoto dota a sus producciones de una jugabilidad pensada para las consolas en las que han sido concebidos. Pikmin necesita de Game Cube para sacar todo su jugo ya que hemos perdido el control de la cámara que nos brindaba el segundo stick analógico de la consola. Es el mismo problema que sufre la adaptación de ‘Zelda Twilight Princess’ y todas las que vengan diseñadas para la anterior consola: ‘Pikmin Wii’, por limitaciones físicas (ya que no podemos meterle más sticks y botones a los mandos minimalistas de la consola), pierde grandes dotes de jugabilidad y, pese a que girar la cámara con el mando y pulsando Z termina por ser hasta resultón, no es para nada el control intuitivo de su anterior encarnación.
El resto, como pueden imaginar, viene dado por la firma de la casa: unos diseños de escenarios y puzles meritorios, unos personajes adorables y una efectista banda sonora que hace grande este disco.
Los usuarios pedían a gritos un Pikmin 3 y se han encontrado con esto. Que lo revisen bien (si es que lo jugaron en alguna ocasión) y alcen de nuevo la voz, por si deciden cambiar de deseo a Mr. Iwata.