Si ayer anunciábamos una posible ventaja de los videojuegos para la vista, y hablábamos de las variables conclusiones que nos arrojan los estudios sobre entretenimiento digital, hoy no podemos evitar prestar atención a otro nuevo informe en esta ocasión llegado directamente desde la Gran Bretaña. En el seno de la conferencia anual de psicología británica, el doctor Simon Goodson y la doctora Sarah Pearson no han dudado de calificar como un riesgo mayor el de participar en juegos de conducción, que en el de los violentos shooters.
El planteamiento es interesante por lo que a simple vista sugiere un título como Grand Theft Auto: ¿qué puede afectar más a un jugador, saltarse durante horas semáforos y desplazarse alocadamente por la ciudad con normalidad, o la posibilidad de aniquilar a sus conciudadanos virtuales?. Incluso podría plantearse el posible efecto desahogo de un shooter, y el estrés asociado a toda experiencia fiel a la conducción...
Para el estudio en cuestión, que pretendía acabar con generalizaciones sobre el uso del videojuego sin distinguir géneros, se emplearon modernas formas de medir las reacciones cognitivas y psicológicas durante partidas de títulos violentos, de conducción y de tenis. El mayor impacto fue como se ha dicho para el segundo, con un resultado categórico.