Muy lejos de la simulación extrema de títulos como Gp500, los títulos de Milestone centrados en Superbikes sí han tratado de acercarse más a la simulación respecto a las creaciones de Namco. Sin llegar a ser extremadamente fáciles, lo cierto es que la compañía japonesa baso su franquicia en una jugabilidad claramente arcade, por lo que resultaban títulos bastante accesibles para el jugador, al tiempo que mantenían un nivel destacable en el apartado técnico.
Centrándonos en la versión actual de 2008, Milestone trae hasta los usuarios de Wii el primer acercamiento serio al mundo de las dos ruedas. Todas las categorías del campeonato del mundo están presentes (125, 250 y MotoGP) por lo que no echaremos en falta equipos o pilotos. Al no estar completamente actualizado respecto al campeonato actual, observamos algunos pequeños desfases, como el gran premio de Shangai, substituido este año por el circuito de Brno en la república Checa.
MotoGP 08 nos ofrece varios modos de juego: Trayectoria, carrera rápida, contrarreloj, campeonato o desafíos. El primero es el más completo y nos da la posibilidad de participar en la creación de la carrera de un piloto. Empezando por equipos pequeños de 125cc, tendremos que progresar poco a poco a lo largo de 5 temporadas. Así, si nuestros resultados son buenos podremos invertir en mejoras para el piloto y la moto, además de poder fichar por equipos más poderosos (o de mayor cilindrada) para la temporada siguiente.
Por otro lado el modo campeonato permite disputar temporadas completas en la categoría seleccionada, un modo donde nuestra única preocupación (además de ganar) será la de escoger una escudería al principio de la misma. Alejándose de esta tónica nos encontramos el desafío, que consta de unas 50 pruebas divididas en 6 categorías, donde tendremos que cumplir una serie de condiciones especiales (utilizar los frenos lo menos posible, vencer a un piloto al final de carrera) para superarlos. Son sin duda unos retos interesantes, ya que su dificultad va en aumento de forma muy evidente.
Perdiendo por el camino cualquier atisbo de multijugador on-line se ha conservado un modo para dos jugadores bastante limitado, con carreras donde solo dos personas pueden competir frente a un máximo de seis rivales controlados por la cpu, todo un "alarde de posibilidades" que dejan al título cojo en este sentido.
Centrándonos en el control, nos deja cuatro posibles opciones, entre las más destacables está la de posicionar el mando de forma horizontal o la que nos permite girar el mando remoto de la misma forma en que aceleraríamos una moto en la vida real, dejando los otros modos de juego para una configuración más estándar. Tras probarlas todas probablemente el usuario prefiera el sistema tradicional, ya que con el mando horizontal echamos de menos una mayor sensibilidad, mientras que acelerar constantemente con el mando remoto termina por resultar un tanto pesado.
Uno de los aspectos negativos de este Moto GP para Wii es la poca diferencia entre pilotar motos de diferentes categorías, más allá de las distintas tonalidades de un sonido de motor bastante pobre e incluso molesto.
En cualquier caso no es el único defecto en un programa que muestra claramente muy poco esfuerzo en el plano técnico por parte de sus creadores. La sensación de velocidad es algo escasa, pero el resto de apartados están igualmente poco trabajados. Gráficamente, en los modelados ni motos ni pilotos están a la altura para un producto lanzado en el 2009, sin mencionar el poco realismo en las animaciones cuando sufren una caída. No se le está pidiendo a Wii que alcance la potencia de Xbox360 o PS3, pero sí al menos que supere a PS2, cosa que no se consigue en esta ocasión. Especialmente pobre es la representación nocturna de algunas carreras como la de Qatar. El cielo es una enorme textura negra sin ningún tipo de tapujos, como si se les hubiera olvidado hacer esta parte del escenario, ni una estrella, luna o reflejo que trate de maquillar un resultado que deja en evidencia el poco esfuerzo por aprovechar el hadware de Wii.
Las texturas por su parte son realmente básicas, con poca resolución y calidad, donde ni siquiera se salva el asfalto, pero donde peor parado ha salido ha sido en la recreación del entorno, siendo habitual el que las montañas y otros elementos del escenario parecen pegados como si fueran de cartón, apreciándose sobre todo en las repeticiones.