Los diminutos y combativos Patapon vuelven a estar a tus órdenes, así que guíales con sabiduría y con el ritmo que les conduzca a la victoria. Para ello contarás con un héroe, multitud de nuevas razas de guerreros y un modo online. Don Chaka mejora todos los aspectos de la primera entrega para ofrecer una experiencia redonda a todos los niveles.
Tú eres su Dios. Ellos te seguirán hasta el Fin del Mundo al ritmo que imprimas a los botones de tu PSP. Porque la música es su móvil y a través de las melodías de sus tambores asaltarán fortalezas, surcarán los mares e incluso harán milagros. Son los Patapon, una tribu de diminutos espartanos tan entrañables como audaces. ¿Quién no querría controlar unas criaturas así?
Todos aquellos que probaron Patapon quedaron prendidos con su explosión de originalidad, colorido, ritmos, estrategia y capacidad de enganchar al jugador, lo que ha precipitado que su secuela se encuentre en el mercado sólo un año después. No supone ninguna revolución respecto a su predecesor, pero sí una evolución favorable que convierte a Don Chaka en un título mucho más completo y lleno de novedades.
La primera empieza por el hecho de que ya no nos volveremos locos. Todo aquel que jugó a Patapon quedó irremisiblemente enganchado a sus melodías, pero muchos de ellos acabaron desesperados con su alto nivel de dificultad. Para que a nadie se le corte la progresión de su ejército, cada uno podrá elegir cómo de duros serán los enemigos a los que haremos frente. La segunda mejora se puede ver desde la misma introducción y es el mejorado apartado gráfico. Los dibujos, criaturas y fondos evidencian una mucho mayor utilización de los colores y una mayor vida en las animaciones. Por supuesto, sigue reinando el estilo peculiar y carismático del artista Rolito, que demuestra que con las clásicas dos dimensiones se pueden hacer todavía maravillas.
El líder de los pequeños espartanos
Don Chaka comienza con un barco patapon que acaba encallando en una costa desconocida. Allí, comienza la aventura con el único superviviente del naufragio, que deberá ir juntando a sus compañeros para hacer frente a los Kamenpon y los Akumapon, las enigmáticas razas que pueblan este continente. Los comienzos serán un mero trámite para los que hayan jugado la primera parte y servirán como tutorial para los novicios. Se enseñará cómo controlar a los Patapon por medio de las melodías surgidas de los botones que pulsemos en la PSP. Eso sí, todo con su debido ritmo y según la cadencia necesaria en cada momento de la pantalla. Así, empezarán por aprender primero a moverse, después a atacar, defenderse, huir y muchos más movimientos que se han introducido para esta nueva entrega.
De esta manera, el factor estratégico cobra una vital importancia, al hacer que el jugador planifique minuciosamente cada movimiento de su batallón o qué unidades enviará a la contienda antes de que ésta se produzca. Cualquier error en el previo del combate puede resultar mortal.
Y como no hay ejército que se precie sin un líder indómito, Patapon 2 incorpora como gran aliciente a los héores. Se trata de distintos personajes con unas cualidades y atributos muy por encima de los de cualquier miembro de su pelotón. Habrá distintos líderes según la categoría de patapon que elijamos y en función de ello sus temibles ataques especiales serán de una manera u otra. Además, a estos héroes les secundarán un número mucho mayor de clases que en la primera entrega, de todos los tipos y todos los colores (literalmente). Habrán desde patapons voladores hasta algunos mecánicos. Todos irán evolucionando según consigamos comida y los distintos objetos que recopilaremos a lo largo de las 80 pantallas del título de Sony. Algo que hace que volver a jugar algunas fases nos reporte nuevos elementos que podremos utilizar para mejorar nuestro ejército, soldado por soldado.
Entorno vivo
En sus deambulares por el nuevo continente descubierto, los Patapon descubrirán que el entorno ya no está tan de adorno como antes; ahora es mucho más interactivo. Los fondos también están diseñados por Rolito y se muestran con mucha más vida, con constantes cambios climáticos, con rayos que pueden fulminar a cualquier amigo o enemigo, bancos de arena en el desierto que nos complicarán nuestro avance o nieve en el camino que dificultará cualquier maniobra de ataque. Los escenarios son muy variados y también presentan muchos más objetos que enriquecerán cada fase, desde enormes torres que habrá que derribar, hasta precipicios que nos harán vivir una emocionante batalla a distancia con flechas y lanzas.
Qué decir del apartado sonoro, uno de los mejores que se han oído en un videojuego. Sus pegadizas melodías se repetirán en la mente de los jugadores durante meses. Es algo inevitable. Además, tener un mínimo sentido del ritmo se antoja imprescindible para avanzar, así como poder reconocer con rapidez cualquier tipo de melodía para, a continuación, repetirla. De eso depende el éxito o fracaso.
No podía faltar, además, en estos tiempos un modo online, uno de los añadidos más importantes del título de Sony. Tras completar las primeras misiones se nos obsequiará con un huevo al que podremos acceder desde el menú principal para combatir en línea. Lo haremos de forma simultánea con hasta cuatro jugadores, con los que tendremos que compartir el mismo ritmo para transportar un huevo hacia una zona determinada, a la vez que desafiamos a cualquiera de los 22 jefes finales. Otro aliciente que nos lleva a preguntarnos, ¿está todo inventado en el Universo Patapon?