Si estás leyendo estas palabras y no has tenido la suerte de disfrutar con ninguna de las tres entregas de Disgaea (el 1 y 2 para PS2 o el 3 para PS3) tienes ante ti la oportunidad de probar un remake de la primera, lanzada para Playstation2 en mayo de 2004, consiguiendo revolucionar el género de la estrategia táctica para consola. Un éxito que posteriormente se consolidó, permitiendo el lanzamiento de nombres como Makai Kingdom o La pucelle, que difícilmente hubieran llegado a nuestro país a no ser por el éxito del primer Disgaea.
Después de un “pequeño” sueño de dos años de duración, Laharl, príncipe del inframundo se despierta solo para descubrir que unos demonios intentan arrebatarle el trono. Desgraciadamente su padre ha muerto mientras el dormía, atragantado mientas comía una galleta, una muerte bien recibida por su pequeño y ambicioso heredero, que ahora tendrá que luchar para recuperar su poder.
La muerte por atragantamiento de galletas, es solo una pequeña muestra del humor que impregna toda la creación de Nippon Ichi, irreverente, ácido y repleto de divertidas situaciones, mostrando unos diálogos frescos que te sacarán más de una sonrisa. Lamentablemente, sólo los que dominen el inglés podrán disfrutar al 100% de sus bromas o de su argumento, ya que como viene siendo habitual en la saga, ni sus creadores ni sus distribuidores han considerado rentable traducir esta pequeña maravilla al castellano.
Otro argumento en contra de su popularidad, su complejidad, muy superior a la de juegos como FF Tactics o Advance Wars, y que puede complicar el aprovechamiento total de sus posibilidades.
Con escenarios de tamaño variable divididos en casillas, el príncipe Laharl luchará junto a sus seguidores contra cientos de criaturas del inframundo. Las clases de luchadores serán muy variadas, guerreros, magos, arqueros, un sistema ya habitual en los juegos de rol tácticos, que premian a los buenos jugadores subiendo de nivel o aumentando el poder de ataque y curación.
Una de las curiosidades que introdujo la primera entrega de Disgaea y que se mantiene en su remake, es la posibilidad de mejorar nuestras armas. Esto no tendría nada de novedoso si no fuera porque tenemos que “introducirnos” en ellas para conseguirlo. Dentro de estas encontraremos numerosas misiones en forma de “pisos”, cuanto más pisos descendamos en cada arma más mejoraremos sus prestaciones.
Esta interesante forma de mejora tiene el inconveniente de resultar más complicado que las batallas normales, ya que va creciendo en dificultad según descendemos sin la posibilidad de grabar la partida hasta que finalicemos o escapemos. El lado positivo es la ingente cantidad de niveles aleatorios que podremos jugar, multiplicando la duración del programa hasta el infinito y más allá. En ese sentido, DisgaeaDS es probablemente el título con más horas de juego de los disponibles para la consola, superando incluso a Final Fantasy Tactics A2, si bien es cierto que se puede acabar saturado si uno no se te toma con calma las misiones opcionales disponibles.
La curva de dificultad está bien calculada, pero conviene “perder” unas cuantas horas en mejorar nuestro grupo de personajes (personajes que podemos crear en un editor) para superar la segunda mitad del juego, donde la dificultad aumenta considerablemente. Hay que tener en cuenta las diferentes alturas en los escenarios, las debilidades del grupo y cómo ciertas casillas pueden afectar negativa o positivamente los atributos de quien lo pise en ese momento.
Las posibilidades son infinitas y las satisfacciones también, solo hay que dedicarle tiempo para que nos devuelva interminables horas de diversión una vez lo tengamos dominado. Como muestra un dato, los personajes pueden llegar al nivel 9999, por lo que con tiempo y ganas Disgaea puede ser el juego al que dedicarle una vida.
Gráficamente DisgaeaDS despliega un gran trabajo artístico, un diseño anime muy cuidado repleto de gestos típicos en los personajes (enfados, caras de sorpresa) si bien muchos escenarios resultan muy similares entre sí, destacando los efectos visuales en magias y hechizos. Donde sí destaca esta maravilla de rol y estrategia es en sus melodías, recomendando a todos los que lo prueben que traten de jugarlo utilizando auriculares para disfrutar al máximo con su banda sonora.