Ahora que hemos llegado al grado más alto de la familia de la mafia, tenemos muchas más responsabilidades. Habrá que estar preparado para reclutar nuevos miembros que nos ayudarán a extender nuestros dominios a lo largo y ancho de varias ciudades con El Padrino II.
Han tenido que pasar unos cuantos años para que viera la luz esta segunda parte del Padrino, pero al fin lo tenemos en nuestras manos. En su primera entrega ya consiguió cautivar a muchos videojugadores, y ahora vuelve asignándonos la dura tarea de actuar como un Don, creando nuestra propia familia y haciendo que los tinglados de las ciudades estén bajo nuestro control.
Desde el primer momento cuando nos pongamos a los mandos de la consola, tendremos la sensación de haber jugado antes con él. Esta sensación se debe a la similitud con su precuela, porque el estilo es muy fiel al título anterior, solo que en este caso ya no empezamos siendo anónimos, si no que ya nos hemos labrado una reputación hasta llegar a ser un verdadero Don.
Nuestra tarea por tanto será la de demostrar que este cargo no nos viene grande, haciendo trabajitos como apoderarnos de distintos tinglados a lo largo y ancho de cada una de las ciudades (empezaremos en Nueva York), acabar con los miembros de las familias rivales uno a uno, o hacer favores a algún que otro ciudadano a cambio de dinero o algún que otro consejo para facilitarnos las misiones en las que estemos inmersos.
Benditos allegados
En el Padrino II queda claro que no seríamos nadie sin la ayuda de nuestros queridos allegados. Se trata de miembros de la familia que iremos reclutando progresivamente que nos ayudarán y nos seguirán allá donde vayamos. Cada uno estará dotado de una habilidad principal (pirómano, artificiero, matón, ladrón de cajas fuertes, ingeniero o médico) que nos será muy útil en determinadas situaciones. Por ejemplo, en el caso de los artificieros, éstos nos podrán servir para volar puertas cerradas de las residencias enemigas o incluso edificios enteros si no nos queremos andar con chiquitas.
Además, podremos ir mejorando las habilidades a todos nuestros allegados para que sean más resistentes o tengan mayor habilidad con las armas. Y si hay algún miembro de nuestra familia que nos guste especialmente, será posible ascenderle de nivel, con lo que ganará una especialidad extra y estará más cerca de nuestro nivel de Don.
Otra labor que les podremos asignar, será la de ir a defender tinglados que nos estén intentando arrebatar, tiempo durante el cual tendrán que separarnos de nuestro lado para atender dicha tarea. Normalmente, las propiedades bajo nuestro control estarán defendidas por matones a sueldo que cobrarán día a día, pero en la mayoría de los casos no será suficiente protección para que no nos las arrebaten, por eso qué mejor que un par de allegados de nuestra confianza que se aseguren de mantener a salvo nuestras pertenencias.