Ahora que hemos llegado al grado más alto de la familia de la mafia, tenemos muchas más responsabilidades. Habrá que estar preparado para reclutar nuevos miembros que nos ayudarán a extender nuestros dominios a lo largo y ancho de varias ciudades con El Padrino II.
La visión del Don
Hay un aspecto que destaca especialmente y llama la atención desde el primer momento que lo vemos. Se trata de la visión del Don, un mapa en 3D que nos mostrará las ciudades completas con todos los puntos de interés destacados. Si desplazamos el cursor hasta uno de esos puntos, tendremos una descripción detallada del lugar y de lo que tenemos que hacer allí. Si se trata de un tinglado, estará resaltado de distinto color según la familia que lo posea, además de la cantidad de matones contratados que lo defienden.
A parte de la función del mapa, aquí es donde podemos consultar el estado de nuestra familia y modificarlo, localizar a los miembros de las familias rivales y ver de qué manera tienen que morir, ver las estadísticas de la partida, nuestros progresos en la conquista de las ciudades, etc. Sin duda se nota que se ha cuidado con mucho detalle este aspecto del juego, dándonos una sensación de control total desde aquí y mostrando de forma muy clara cada una de las tareas que podemos realizar a continuación para poder planificar nuestra estrategia a seguir.
No es oro todo lo que reluce
Pero no nos engañemos… El Padrino II es un juego entretenido, con unos buenos doblajes y habrá momentos en los que nos hará sentir como un verdadero capo de la mafia, pero tiene sus fallos. Comenzando por el apartado gráfico, sí que se nota una diferencia con respecto al anterior y algunos efectos como las explosiones da gusto verlas, pero en realidad dista bastante de los nombres más punteros que estamos acostumbrados a ver últimamente en las estanterías de las tiendas, dejando en bastantes ocasiones la sensación de que estamos ante un producto de la pasada generación adaptado a la alta definición.
También se le puede achacar algún que otro problema cuando conducimos un coche. Con cualquier mínimo golpe ya sea contra una pared o contra un peatón da la sensación de que íbamos a todo trapo cuando en realidad no es así, además de ser un poco torpe el manejo de los vehículos. La mezcla entre esta sensación al conducir unida a los defectos gráficos que nos encontramos de vez en cuando, puede que sea un poco molesto para la experiencia, aunque por suerte no es determinante e incluso así no consigue aguarnos la diversión.
Por último, lo que más puede hacer que su esperanza de vida se acorte es la sensación de estar haciendo lo mismo una y otra vez, las misiones y tareas al cabo de unas cuantas horas pueden llegar a cansar a más de uno. Por suerte está el modo online, que además de aportarnos un poco de variedad, también es bastante útil, ya que sólo si jugamos por internet se desbloquearán elementos en nuestros allegados que de otra manera no podremos obtener.