¿Para qué comprar algo que puedes tener gratis? ¿cómo financiar los altos costes de producción de algo cuyos usuarios no necesitan comprar? La solución basándose en estas premisas es imposible, el incremento de los usuarios "pirata", que siempre han existido pero que eran "sostenibles" por los jugadores que sí adquirían originales, ha llevado a una situación preocupante a pesar del aparente auge del sector del videojuego.
Lo llamativo de las declaraciones de Yutaka Kubota -Presidente de la asociación de Copyrighyts de software japonesa-, son dos cosas, primero que se refiere expresamente a los piratas de una consola, la Nintendo DS, que curiosamente es la líder en ventas del mercado (a lo que puede haber ayudado la facilidad con que se piratean hoy día sus programas); lo segundo que hablemos del presidente de una asociación japonesa, territorio con un tradicional respeto por el mercado original, muy alejado en cifras de venta ilegal de países como el nuestro que se encuentra entre los más abonados a la piratería, superado por pocos territorios entre los que se encuentra el del conocido descontrol de China.
"Sabemos que los lectores de Famitsu disfrutan jugando con los videojuegos" -declaraba a la conocida revista- "pero quiero que sepan que al menos que hagamos algo, nadie hará los nuevos juegos con los que disfrutan. No sólo aquellos que esperen nuevos títulos no tendrán a qué jugar, pero también aquellos que quieren unirse a la industria del videojuego verán sus sueños pisoteados".
Precisamente a propósito de Nintendo DS en los últimos meses informamos de una acción promovida desde Nintendo España en nuestro país para perseguir la venta de los sistemas promovidos como accesorios para facilitar las copias de seguridad. Algo que en la práctica suele saldarse con procesos en favor de los demandados por cuanto se tiende a interpretar que estos sistemas efectivamente pueden emplearse para otras funciones además de la descarga ilegal. En cualquier caso, tanto el acceso cada día más fácil a formas alternativas de acceder al software, como la crisis económica que hace buscar a los usuarios cualquier forma de ahorro, está generando progresivamente un problema en el videojuego que es bien conocido en la música y que el cine está padeciendo en sus carnes.