Un juego de culto como Valkyrie Profile tenía que llegar a Nintendo DS llamando la atención. Las entregas anteriores, exclusivas para las consolas de Sony, hacían gala de gráficos en 2D para un sistema de RPG que cautivó a muchos usuarios, y hacen que se considere la secuela del juego como uno de los grandes de PS2 (siendo el original una entrega para la vieja PSX).
La llegada de la saga a Nintendo lo hace rompiendo preceptos formales desde el principio: ahora se trata de un RPG de acción estratégica, con muy mala baba, un juego hard, que dirían aquellos que quieren llenarse la boca de palabras y tecnicismos. Un representante del rol reconvertido a RPG táctico con las dósis justas de acción. ¿Mala combinación o acierto pleno?
La entrega que nos ocupa presenta elementos reconocibles para los veteranos y una historia profunda, de esas que atrapan desde los primeros compases. Ayudan las cinemáticas iniciales, de lo más atractivo visto en la consola, y salvo la barrera idiomática propia de un programa con largos textos en inglés, la historia entra desde el principio.
Las diatribas del joven héroe que pierde la vida, resucita y, posteriormente, es dotado con el don de poder generar en sus aliados ataques demoledores a costa de la vida de los mismos convierten a su planteamiento en un dolor de cabeza para el jugador que se encariña con determinados caracteres. Poder eliminar de un plumazo a todos los enemigos de una batalla es muy tentador pero... ¿a costa de un buen aliado? ¿Reclutaremos entonces unidades sólo para sacrificarlas en combate?. Junto a esta dicotomía, los secundarios NPJ no permiten que sean eliminados, salvo que el guión lo requiera. Ya tenemos planteamiento sádico para la chavalería.
Los combates mezclan el avance de tablero con ataques de acción en tiempo real en secuencias de turnos. Es complicado al principio, pero una vez organizadas bien las unidades es una gozada guiar nuestras tropas y liarlas a mamporros contra los enemigos. Como es de rigor, la música hace mucho, con composiciones épicas para reseñar cada momento memorable y amenizar el resto.
La acciónse divide en mapeado general en el que seleccionar destino, ciudades donde dialogar y comprar (siempre bajo menú) y destinos de batalla. Sencillo y directo. Y sin usar el stylus, todo al modo tradicional.
La gran pega es que el apartado gráfico luce a ratos y se apaga el resto. Colores y tonos muy oscuros junto con escenarios poco detallados es lo que encontraremos al cargar la entrega en nuestras correspondientes consolas.
Y si no eres un jugador paciente, entonces no te acerques a este exquisito título ya que su curva de dificultad no respeta en absoluto al novato: ya los primeros capítulos presentan combates de dificultad elevada para el jugador medio.