El género de las plataformas no es que esté en uno de sus mejores momentos, aunque en Wii hay más competencia que en ninguna otra consola. Mushroom Men llega para traer un poco de originalidad a este clásico estilo de juegos.
Algo colisiona contra la superficie de la tierra. Nadie le da demasiada importancia al suponer que se trata de un meteorito como otro cualquiera. Pero la realidad es muy distinta, ya que éste ha soltado una especie de polvo verde que ha hecho que todas las plantas y hongos cobren vida, dotándolas con extremidades, dándoles libertad para moverse y actuar a su antojo. Todas estas especies al principio viven en armonía sin ningún tipo de problema, hasta que un día algunos hongos empezaron a codiciar los trozos de meteorito repartidos por los poblados vecinos, desencadenando la guerra.
Encarnaremos a Pax, un solitario boletus que, ajeno a todo conflicto, disfruta de las fiestas en un poblado de champiñones, hasta que un día se da cuenta de que sólo él tiene un peculiar don: absorber trozos de meteorito. Con este nuevo descubrimiento, que aumenta la fuerza de nuestro protagonista, también se percata de que esto hace que el resto de hongos no puedan disfrutar de los beneficios del meteorito. Además, este es el desencadenante para que Pax se embarque en una aventura en busca de respuestas sobre su habilidad, encontrándose con nuevas especies que no se lo pondrán nada fácil.
Mushroom Men es un original juego de plataformas con una ambientación muy característica que recuerda un poco a las películas de serie B, y en él recorreremos distintos entornos no muy grandes, pero que debido a nuestros siete centímetros de altura, se harán gigantescos. Por nuestro camino nos iremos encontrando con distintas especies de plantas y hongos, algunas de ellas nos ayudarán y otras cuantas harán lo posible para detener nuestra andadura intentando que no les arrebatemos los preciados trozos de meteoritos. En cada fase se nos dan una serie de objetivos a cumplir si queremos avanzar, como ayudar a unas enredaderas a acabar con unos conejos que no les dejan en paz, o ratas gigantes que amenazan a otros hongos. Si conseguimos cumplir con esas tareas, llegará el momento de enfrentarnos a los jefes finales, que normalmente serán versiones mejoradas y aumentadas de las especies contra las que nos enfrentamos a lo largo de cada nivel.
La verdad es que no se puede decir que nos pongan las cosas fáciles, lo normal suele ser que tengamos que buscarnos la vida escalando “grandes” alturas y resolviendo enigmas para poder activar mecanismos que nos permitan seguir avanzando. Muchas veces esto es positivo porque nos insta a tener que investigar y alarga la vida del título, pero hay ocasiones en las que estaremos un buen rato sin saber qué hacer pudiendo llegar a desesperar ligeramente. Y si a esto le sumamos una cámara que no hace ningún bien al jugador, llegando a ser caótica más veces de las aceptables, resultará en una experiencia exasperante para algunos jugadores.