Los motivos por los que la MTV está cada día más abierta a propuestas diferentes a la música y por los que en los últimos meses muestra un sospechoso interés por los videojuegos son evidentes: la industria de la música emite sus últimos estertores, ahogada en una falta de rentabilidad en que la piratería y los excesos cometidos en el pasado hacen que cada día camine más hacia la marginalidad.
Es por ello que la cadena ha ido de forma progresiva viendo cómo el siguiente sector rentable ya no era el de unos freaks alejados del toque cool y a la moda a los que antes se dirigían. Ahora son los reyes de la audiencia, los espectadores con mayúsculas, el público ideal para ofrecer un contenido audiovisual que les acerque de forma privilegiada al videojuego.
Lo que difícilmente dejará en buen lugar a los videojugadores es su último movimiento: realizar un reality protagonizado por adictos a los videojuegos. ¿Quién da más? Porque lo cierto es que esto da mucho: "¿han tomado los videojuegos el control de tu vida? ¿se han enfrentado a ti tus familiares o amigos por tu afición? ¿qué hay de tu matrimonio o relaciones personales, están viéndose afectadas? ¿difícil nivelar trabajo y tiempo dedicado al juego? [...] si eso es así, la MTV quiere saber de ti". Si habitualmente este tipo de programas en EEUU da para atender a casos para no dormir, la cosa promete. Seguro que Obama, al hilo de la información publicada recientemente está interesado en el tema dispuesto a culpar al videojuego de los excesos de éste mundo.