Nadie habría pronosticado la derrota de un sistema como PSP frente a DS, nos recuerda Wired en un artículo de su edición on-line. Es más, atendiendo a las prestaciones iniciales y a lo meritorio de alguno de sus títulos, el sometimiento de otra consola a la hegemonía de Nintendo en portátiles (que ha engullido hasta la fecha Gamegears, Lynx, GP32...) sigue resultando sorprendente.
Pero dejando de lado aciertos de marketing y de enfoque de mercado, en Wired se preguntan qué puede hacer que en Sony sí acierten con PSP GO, más allá de su estética, prometedor catálogo o innovaciones en la distribución. Y encuentran 3 puntos débiles.
Entre ellos, reproches habituales que empiezan por el precio. Los cerca de 250 euros que cuesta una vez más la consola, en esta ocasión en tiempos de crisis, se antojan un obstáculo importante. Aunque es cierto que eso no impidió que en su primera edición se hiciera con un mercado relevante de usuarios que no resultó rentable por su huida hacia la piratería y porque finalmente Nintendo DS arrasó en un público mayor, haciéndose con los que eran usuarios de videojuegos y los que no (esto último, determinante para que los desarrolladores vieran más potencial y se volcaran con ella). Aún así, éste argumento resulta de peso y nos lleva al siguiente, también relacionado con el precio.
El catálogo anterior. Sony debería encontrar una forma de no obligar a sus usuarios a pagar por un software que ya adquirieron la primera vez. La retirada del UMD, soporte prácticamente condenado de antemano, no debería implicar que quien quiera dar el salto a la nueva portátil se vea privado de todos los productos que sí adquirió, penalizando así al usuario que pasó por caja frente al que pirateó el software.
Y finalmente una vieja reclamación: el segundo stick analógico. Algo que probablemente no se haya incorporado por el choque de compatibilidad que implicaría respecto a las PSP actuales. A la postre, este último es el motivo para que no se hayan implementado avances de procesador, puesto que eso dividiría el catálogo dentro de sus propios usuarios generando problemas adicionales.
Llama la atención que en la ennumeración de Wired olvidan un clásico en estas disputas: la batería. Con el fin de mantener las dimensiones reducidas de PSP GO y dotarla de un aspecto atractivo, la duración se mantiene en cifras similares a las de las versiones anteriores. Algo que contrasta con la duración de DS y que ha sido el talón de Aquiles de todas las rivales que han caído frente a ella.
En todo caso, el mercado comenzará a hablar cuando se inicie su distribución. Entonces veremos si la recesión global es más o menos poderosa que el catálogo que Sony está logrando armar con el apoyo de importantes desarrolladoras.