En pocos meses Sega ha puesto en entredicho a aquellas compañías que decían que Wii no podía soportar juegos de gran potencia gráfica y temática alejada del público infantil. Con ‘Madworld’ primero, programado por un estudio interno, y ahora distribuyendo ‘The Conduit’, demuestran que no se trata de contar con gran capacidad a la hora de hacer buenas cosas, sino de aprovechar al máximo las capacidades de las que se dispone.
La historia de ‘The Conduit’ es la de un hype en toda regla. El estudio High Voltage Software no encontraba distribuidor para su shooter futurista planteado para Wii. Nadie daba un duro por este tipo de productos para la consola en un momento en el que se vendía como churros junto a juegos blanditos, casuals y, por norma, flojos para la media en una consola de Nintendo. Ante el panorama que se les planteaba lanzaron un órdago a las compañías: ‘The Conduit’ sería el primero que igualaría en potencia gráfica a cualquier shooter de Xbox 360 y PS3.
La chanza dio resultado. Varias compañías detuvieron su atención sobre este estudio y finalmente Sega cerró un contrato de distribución. El hype generado empezó a rodar y se vertieron ríos de tinta sobre el programa aún en fase de desarrollo. Lógicamente, tanto Sega, como High Voltage, al igual que los usuarios, sabían que la promesa de igualar en gráficos a los dos monstruos rivales era una machada digna de un chuleta de barrio, pero hay que reconocer que surtió el efecto que esperaban: ‘The Conduit’, pese a lanzarse en verano, es uno de los productos que más expectativas ha despertado en el panorama consolero de Wii.
High Voltage ha desarrollado un FPS clásico de avance garrulo: mata, mata, mata y resuelve pequeños puzzles. En el planteamiento jugable y desarrollo recuerda poderosamente al 'Perfect Dark' de Rare para Nintendo 64 y ese aire se nota hasta en el argumento: una historia de conspiraciones de ciencia ficción que involucran a agentes secretos, poderes fácticos corruptos y al gobierno de los Estados Unidos.