Ya hace un par de años desde el lanzamiento del primer Overlord. Su propuesta fue bien recibida por la crítica por su originalidad en el planteamiento. En él tomábamos el control del señor del mal, aunque realmente su protagonismo quedaba relegado a un segundo plano, ya que sus esbirros desempeñaban un papel bastante más importante. La maldad en persona era bastante débil y no tenía nada que hacer si no le ayudaban sus fieles, los cuales estaban dispuestos a morir por él con los ojos cerrados.
Estos pequeños seres estaban divididos en cuatro grupos según sus habilidades y los podíamos diferenciar por el color de su piel. Los primeros era posible manejarlos desde el principio, se llamaban Parduzcos y estaban especializados en combate cuerpo a cuerpo. Después estaban los Bermejos, con la tez roja, algo más débiles, pero expertos en las artes del fuego. En tercer lugar se encontraban los Viridios, inmunes al veneno. En último lugar descubriríamos a los Zarcos, los únicos que pueden nadar y, aunque extremadamente débiles en combate, poseían la capacidad de resucitar a sus compañeros caídos en combate.
Aunque en un principio pueda parecer que manejar a un grupo de esbirros vaya a ser un poco confuso, se ha evitado ese problema. Los controles son francamente intuitivos y en poco tiempo los dominaremos sin dificultad. Por ejemplo, uno de los sticks del mando lo usaremos para dirigir al grupo de esbirros al lugar que queramos y el otro para desplazar al gran maligno.
En esta segunda parte, la fórmula vuelve a ser la misma, con sus cuatro categorías y las mismas habilidades, aunque cambiamos de protagonista. Tras haber caído el anterior Overlord, los citados discípulos se ponen en marcha para buscar a un digno sucesor entre los humanos, aquel que posea una maldad pura en su interior. Después de largo tiempo buscando, al fin parece ser que han encontrado a alguien, un niño que no muestra ningún tipo de bondad en los actos que lleva a cabo. Ahora vuelve a ser el momento de que el mal resurja de su letargo para acabar con la felicidad y armonía que reina en el mundo, pero la tarea no será fácil y tendremos que abrirnos poco a poco paso para que no haya fracaso posible. En breve, análisis completo.